A pesar de su carisma típicamente brasileño, la académica Heloisa Reis no puede ocultar su pesimismo por la situación que vive Brasil por los hechos relacionados con la Copa del Mundo. Dice que será uno de los mundiales “más tristes” para su país. Reis dictó en Quito la conferencia ‘Brasil en evidencia’ en el Seminario Internacional de Luchas Urbanas alrededor del Fútbol organizado por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso) y la organización alemana Friedich Ebert Stiftung. 

¿Qué significó para Brasil la preparación para ser sede del Mundial? 

La preparación ha sido muy tensa. Hubo mucho retraso en las obras que se ofrecieron a la ciudadanía, incrementaron los presupuestos y muy poco de lo que se ha hecho quedará para Brasil. Todos creían que el transporte público, la educación y la salud iban a mejorar, pero lo que vemos los brasileños son promesas incumplidas. 

¿A qué responden las protestas en eventos deportivos como este? 

Lo que está pasando en la Copa del Mundo es una muestra de que lo peor está por venir en la Olimpiadas 2016. Brasil ha mejorado mucho en términos de empleo y salarios, pero los precios de las entradas se han 
duplicado y no se corresponden con el aumento de los salarios. Entonces, las manifestaciones fueron una buena jugada. Gran parte de los manifestantes son jóvenes porque para ellos no hay un plan de futuro. Pocos ingresan a la universidad porque la educación básica ha empeorado y como consecuencia, la gente no accede a las plazas de empleo que el gobierno ha creado. Solo puede hacerlo una clase más alta que tiene con qué pagar una buena educación. 

¿Cómo ve la inversión pública relacionada al Mundial? 

El Mundial era una iniciativa privada, pero no lo fue porque el Gobierno puso sus recursos para cumplir con los plazos establecidos. También dicen que esta inversión significa muy poco de nuestro producto interno bruto, y sí, es poco, pero eso bien invertido no iría al bolsillo de un empresario y sí al beneficio público. 

¿Cree que las protestas afectarán la seguridad ciudadana? 

No creo que durante el Mundial los turistas corran riesgos porque se ha preparado mucho a los policías, hay un entrenamiento adecuado aunque desde un enfoque represivo. Los ecuatorianos serán bien recibidos, la hospitalidad brasileña sabrá distinguir que quienes van al Mundial no tienen la culpa de lo que ha hecho la FIFA. 

"Brasil no necesitaría estadios tan lujosos como los que exige la FIFA. Queríamos una Copa de Brasil, no de los empresarios".

Para que se dé el Mundial se realizó una reforma legal para permitir el consumo de bebidas alcohólicas en los estadios, ¿qué opina de ello? 

Permitir que se venda alcohol en el Mundial no es riesgoso porque en estos partidos no hay hinchadas fuertes. Lo que nos indigna es el poder de la FIFA para cambiar leyes brasileñas y eso afecta la soberanía nacional. Esto es lo que queremos mostrar en el extranjero, que no permitan que se haga eso en sus países. Ahora mismo vengo de un aeropuerto en el que hay una línea especial para quienes vayan al Mundial, entonces también se ha generado mucha discriminación. 

¿Qué lecciones deja este Mundial a Brasil y al mundo? 

Ese torneo llama la atención del mundo y muestra el gran negocio que hay detrás de la promoción de las Copas del Mundo y las Olimpiadas. Trabajos académicos decían que utilizar una Copa del Mundo para desarrollar un país o una ciudad es un engaño y eso está comprobado en Brasil. El gran problema del país es que cuando se apuntó para ser sede no tenía infraestructura y se realizaron varias promesas de cambio que no se cumplieron. 

¿Cuál es el ambiente que se vive en Brasil a pocos días del Mundial? 

Es el peor mundial en términos de las emociones de los brasileños. Pocos hablan del Mundial, no saben las fechas de los partidos. La asistencia de público brasileño a los estadios será pequeña por el costo de las entradas. Prometieron distribuir boletos a las personas de bajos recursos, pero nadie sabe quién ha recibido entradas. Brasil no necesitaría estadios tan lujosos como los que exige la FIFA. Queríamos una Copa de Brasil, no de los empresarios. 

Finalmente, ¿existe algo positivo que deja el Mundial a Brasil? 

Que la gente se pueda manifestar y que el Gobierno respete ese derecho. A la prensa, que no se puede manipular a la población brasileña en dirección a un fútbol que ya no nos pertenece más, los clubes están con deudas enormes.