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Ecuador, 27 de Diciembre de 2024
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El Telégrafo
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ENTREVISTA

‘El euro nació incoherente e insuficiente’

Los problemas de la zona euro, bloque de 18 países que utiliza desde hace 15 años una moneda ‘incompleta’, solo se han agravado con las políticas de austeridad fiscal y para solucionarlos únicamente existen 2 caminos: más federalismo o la salida de países como Portugal y Grecia. Esa es la posición del profesor francés Jean-François Ponsot, quien forma parte del Centro de Investigación en Economía de Grenoble de la Universidad Pierre-Mendès-France. La semana pasada, el investigador visitó Quito, invitado por la Universidad Andina Simón Bolívar.

¿Cómo está Europa hoy tras la crisis de 2008? 

Debemos diferenciar entre Europa y la eurozona porque no tienen los mismos problemas. Voy a referirme solamente a los países de la zona euro donde existen 3 tipos de problemas: primero, la democracia; segundo, las políticas inspiradas en el neoliberalismo y, tercero, la existencia del euro, que no es una moneda completa o parecida a las monedas de otros países.

¿A qué se refiere cuando dice: ‘una moneda incompleta’?

Tenemos la misma moneda en los países miembros y, por el momento, eso no funciona porque tenemos demasiadas divergencias estructurales entre los países. Ante esto tenemos solamente 2 opciones posibles: una, completar esa moneda, a través del federalismo; o dos, que los países más frágiles, como Grecia y Portugal, salgan del euro. En el caso de España (país también golpeado por la crisis) es más difícil que abandone el euro porque es un país más grande que Grecia y Portugal y tiene más integración política y económica con Francia y Alemania, las naciones más grandes.

Desde su visión, ¿el euro nació incompleto o fue la crisis la que lo volvió incompleto?

El euro nació insuficiente, incoherente, porque una unión monetaria no puede funcionar si no hay un tipo de federalismo fiscal que implica realizar transferencias desde los países que tienen excedentes hacia los países que tienen déficit en sus balanzas de pagos. Por ahora esas trasferencias no se dan.

¿En el mediano o largo plazo es posible o factible que los gobiernos de la zona euro opten por una de las opciones que menciona?

12-05-14 ENTREVISTA2 FRANCOIS - MQM

 

Personalmente no sé si algo va a cambiar. Lo que digo es que solamente hay 2 opciones. Es una decisión política, se necesita más interdependencia, más integración, más cooperación financiera entre los países del norte y del sur de Europa. En este momento no sabemos si los gobernantes del norte quieran pagar más para que los países del sur como Grecia, España y Portugal, estén mejor.

¿Habló de las diferencias en el desempeño de la balanza de pagos, qué ocurre con el tema del endeudamiento?

Debemos diferenciar 2 tipos de desequilibrios. El desequilibrio de la balanza de pagos, un problema de macroeconomía, y el problema del desequilibrio del déficit fiscal. Este último es consecuencia de la crisis. No es solamente un problema de laxitud de los gobiernos de Grecia o Portugal. El problema es que si no tenemos crecimiento, no podemos generar más ingresos para el gobierno y es normal que exista una deuda más profunda en esos países.

Cuando mencionó que en la eurozona existen 3 tipos de problemas se refirió a la democracia, ¿con la crisis la democracia está directamente vinculada la economía?

Normalmente, el problema de la democracia es político, pero podemos decir que también es un problema más que político. Por ejemplo, en Francia de cara a las próximas elecciones (para integrar el Parlamento Europeo que se celebrarán a finales de mayo), los pronósticos indican que existe la posibilidad de que la primera fuerza en el país sea el Front National (Frente Nacional), que es un partido de extrema derecha. Esto no es solo consecuencia de la radicalización de las opiniones de los votantes, es también resultado de las políticas que tenemos en Europa, de la austeridad que no funciona, del desempleo, de que existen menos ingresos para los Estados. Debemos aceptar la idea de que la austeridad fiscal en Europa —en este contexto muy especial, en el que no hay un crecimiento muy alto—, no produce efectos positivos y hay una consecuencia política: el pueblo quiere contestar a esas políticas.

En los primeros años después de la crisis algunos países de la eurozona registraron crecimientos negativos y recientemente crecen, pero débilmente, ¿qué necesitan para mejorar su desempeño económico?

Si no hay evolución, más federalismo fiscal o salida de los países más frágiles, no tendremos una opción de salida positiva y, por el momento, los gobiernos han decidido no hacer nada. No es suficiente crear una unión bancaria, necesitamos un real federalismo fiscal con transferencia entre los países del norte y del sur para superar los desequilibrios que se acumulan desde la creación del euro.

Sobre el tema de la unión bancaria, ¿cómo ve la iniciativa del Banco del Sur, aquí en América Latina?

No sé si el Banco del Sur funcione bien, creo que es una institución que tiene varias dificultades a causa de los problemas entre los países para generar acuerdos entre ellos. Como en Europa, aquí también los obstáculos son más políticos que económicos porque la integración regional económica necesita más que una cooperación simple entre los países, necesita transferencia de la soberanía y los gobiernos no quieren abandonar ese tipo de poder.

¿Cómo evalúa la vigencia de los acuerdos de comercio entre la Unión Europea y Colombia y Perú, por un lado, y las negociaciones con Ecuador, por el otro?


No sé si ese tipo de acuerdos son más positivos para los países de América del Sur o para los países de Europa. No podría opinar porque ese tema no está dentro de mi área de investigación principal.

 

La crisis de 2008 en Europa marcó un antes y un después para el ‘viejo continente’. Para salir de esta etapa, Ponsot sostiene que se necesitan cambios estructurales en la zona euro y en su moneda.

Volviendo a Europa, ¿la elección del Parlamento Europeo, puede tener algún efecto en el ámbito económico?

No existe un debate muy intenso en Europa. Es muy posible que el abstencionismo sea muy alto. En Francia, por ejemplo, será superior al 50% y no hay debates en la televisión. De lo que es más visible, solamente se evidencian 2 posiciones que son muy radicales: por un lado, la posición del Front National (Frente Nacional), que dice que el euro, junto con la inmigración, es el origen de todos los problemas. La otra posición sostiene que el euro es la única opción posible, que va a desarrollar a Europa, algo que por el momento, no podemos creer porque el euro existe desde hace más de 15 años y los efectos positivos no son muy evidentes para el pueblo.


Hoy, el desempleo es el principal problema de Europa, particularmente en países como España. En ese país el desempleo afecta al 60% de la población y no es sostenible. Hay jóvenes de estos países que se van al extranjero porque no hay trabajo, no quieren conocer la pobreza. Es el problema número uno, pero solamente el Frente Nacional y los partidos de la izquierda radical hablan de que debemos superar el problema del desempleo. Los otros partidos dicen que ese es un problema menos importante que la competitividad de las empresas, por ejemplo. Eso explica que hoy en Europa, los gobiernos implementen políticas de austeridad fiscal y a favor de la competitividad que consisten básicamente en bajar los salarios, especialmente los salarios de los jóvenes.

¿Es pesimista respecto al futuro del euro y de la zona euro?

No soy optimista ni pesimista. Pienso que debemos apostar por más unión política con el federalismo o por la salida del euro de países como Grecia y Portugal, y también que debemos abandonar las políticas neoliberales de países como Alemania o Francia.

¿Para eso también se necesitaría un cambio en la política?

Sí, de la política y también de los partidos que deciden las políticas en esos países.

 

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