Entrevista
«Hace falta una radio exclusiva para el rock»
Escuchar ‘rock nacional’ era común en un puñado de programas radiales que se transmitieron desde la década de los noventa. Los locutores de estos espacios ponían ‘metal hecho en el país’ antes de que aparecieran propuestas como ‘Apoya lo nuestro’ o la Ley del 1x1. Esta última —que en realidad es un reglamento— no establece un equilibrio entre los géneros que los radialistas difunden y esto hace que los sonidos más pesados se queden sin el mentado 50% de los programas musicales.
Para el periodista y gestor cultural Pablo Rodríguez, el 1x1 vendría a ser una pequeña ayuda al trabajo que la música independiente hace desde 1970. «Festivales grandes, como el Rockmiñahui o el concierto decembrino de la Concha Acústica, han servido para que se difunda música de bandas que suenan poco en la radio y que no tendrán espacio en las estaciones tradicionales sino que continuarán en las alternativas que ahora mismo transmiten por iniciativa propia».
Rodríguez sabe que el mero hecho de que la música sea de factura local no la hace mejor que la foránea y —mientras mantiene Distrito Rock en Internet— lanza una crítica a sus receptores, los miembros de una cultura que nunca deja de componer.
Veo a mucha gente en contra la organización de festivales de rock gratuitos. Hay quienes dicen que ‘aniquilaron la industria’, pese a que ese concepto es muy cuestionable en la escena underground...
El objetivo de un festival, como la Semana del rock —que él coorganiza—, es poner en escena esa otra cultura, música, propuestas que lamentablemente nunca van a sonar en los mass media. Tenemos un proyecto de Ley de Cultura que no beneficia al metal y que no lo hará por el hecho de que solo se se piensa desde lo masivo. Necesitamos espacios como los festivales para poner en escena la parte alternativa de todo lo que se puede abarcar en cultura.
No se debe decir que los festivales gratuitos han matado la industria porque el Rock al Parque en Colombia, por ejemplo, no ha impedido que a ese país vayan los Rolling Stones o Coldpaly este año. Ahora mismo, se vendieron 20 mil entradas para Guns N’ Roses, que será a fines de noviembre.
En Ecuador faltan medios de difusión como Radiónica, que pone todo el día rock y a artistas colombianos. Cuando no hay un sistema de medios de comunicación que difundan todo eso es difícil hacer promoción. Hoy, quienes hacemos programas rock estamos dispersos y no hay solidez.
¿Qué problemas has sorteado en medios para difundir eventos rockeros?
He hablado con amigos en prensa —creó la sección Rock & Metal, del diario Últimas Noticias— y ponen como excusa que cubrirán otros festivales, como el Nova Sonic. Dicen que solo sacarán una nota, que ofrecieron acreditarles y que, pese a que es en fechas distintas a lo que les propongo, no pueden incluir todo.
Hace falta una radio rock y urge dejar de pensar contra lo que se llama «comercial». Yo tengo un reparo con el público: el romanticismo de entrar gratis debió ser reemplazado por la compra de discos o camisetas, pero no pasó.
Parece que el público está más enfocado en consumir cosas a través de YouTube y otras redes sociales. Veo un conformismo en cuanto al apoyo a la cultura.
No es que tengas que comprar algo solo porque sea hecho en el país. Lo ecuatoriano tiene que estar bien hecho, claro, pero dejan de lado propuestas que mejoran cada vez.
La producción es imparable...
Las culturas alternativas, que no están en los noticieros de la mañana ni en las portadas de los grandes periódicos, siguen generando cosas siempre, eso tenlo por seguro. Salen del país, graban discos o filman videoclips. Se trata de una escena que está quedándose solamente entre adeptos, pero hay que conocer eso otro que puede estar a la vuelta de casa. Hay que valorarlo aunque siga fuera del marco de la ley y del consumo.