Agnes Varda carga con el espíritu de los sesenta, con el afán de libertad por el arte, con la idea de encontrar un nuevo lenguaje. A pesar de que cumplió 90 años el 30 de mayo, suda una energía insuperable, tal vez la misma que cuando iba a comer con Jean-Luc Godard y Jacques Rivette en el Boulevard de Montparnasse.

Varda, pequeña, canosa con bordes lilas en el cabello, no se distanciará nunca del arrebato de los artistas de la nueva ola y les lleva ventaja porque ahora también parece la abuela más tierna de todas y es la única de su generación que está en Netflix —no para Latinoamérica—.

JR es un artista visual que ha hecho grandes grafitis en ciudades tan codiciadas para el arte como París o Nueva York. Alto, con barba y siempre con gafas y sombrero, tiene la mitad de la edad de Varda y tanta chispa con ella que salta de la pantalla —en el dispositivo en el que se vea—. Podría decirse que la relación que tienen es perfecta porque el juego que llevan no da tregua.

Estos artistas que ven el mundo cada cual a su modo para intentar retratarlo hacen Tiempos y Rostros, un documental al estilo de una road movie. Esta vez el viaje es en una especie de furgoneta que lleva impresa la imagen gigante de una cámara.  

Juntos cantan las mismas canciones mientras recorren el sur de Francia en busca de la gente que habita pequeños poblados para retratarlos en fotografías gigantes, que se ven desde la carretera.

Cada imagen es susceptible al paso del tiempo, de borrarse de una bocanada de aire frente al mar. También lo son los pueblos que encuentran. Cada lugar se ha vuelto más pequeño, y es frágil ante la amenaza del crecimiento urbano y otras formas de vida.

En Tiempos y Rostros, Varda y JR replican el trabajo que hace este grafitero cuando pega imágenes enormes en edificios, pero esta vez deciden ambos los lugares y la mirada que quieren fijar. Este documental, que aún hace estrenos en el mundo y estuvo nominado al Óscar a inicios de este año, fue parte de la programación del Festival Encuentros del Otro Cine (EDOC) y, sin duda, uno de los mejores de la selección.

En este filme JR y Varda apuestan por encontrar lo cotidiano, lo desconocido, oficios simples como el de aquel hombre que recorre 200 hectáreas diarias con un tractor; o el de la mujer que se rehúsa a dejar el barrio minero que quieren reemplazar por una moderna urbanización.

Estos artistas van a las fábricas habitadas por gente que no deja nunca el trabajo para generar nexos, un momento en el cual puedan reflexionar sobre sí mismos, sobre lo que son y dónde está su alma. Los invitan a reconocerse, a ver su historia, sus posibilidades de vida, sus rostros y la forma en la que miran.

En este documental, los protagonistas van a sus orígenes como artistas y encuentran nuevas posibilidades para dialogar y pensar en las censuras que se han autoimpuesto con el tiempo, como aquella obsesión de JR por nunca enseñar sus ojos. (I)

TIEMPOS Y ROSTROS •
Dirección    
Agnes Varda
JR
Guion
Agnes Varda
JR
Producción
Rosalie Varda
Coproductores
Charles Cohen
Etienne Comar
Nichole Fu
Julie Gayet
Olivier Pere
Música original
Matthieu Chedid
Cinematografía
Roberto De Angelis
Claire Duguet
Julia Fabry
Efectos especiales
Dan Rapaport
Departamento de animación    
Oerd Van Cuijlenborg
Agradecimientos especiales
Lucca Fletcher

Recorren juntos el sur de Francia y aprenden a cruzar sus miradas. Foto: Internet