Un soldado condenado a morir recibe la libertad a cambio de hacer un trabajo; una de las poquísimas alumnas de una universidad abandona sus estudios para mantener el equilibrio de la historia, y un paramédico que sufre por la reciente muerte de su novia deja su vida para dedicarse a arreglar problemas del pasado.

Los tres se convierten en un equipo contratado por un proyecto supersecreto del Estado español. Solo que sus distintas procedencias les causan algo de dificultad. Todos son españoles, pero vienen de distintos momentos. Alonso de Entrerríos es el militar del siglo XVI; Amelia Folch, la universitaria del siglo XIX, y Julián Martínez, el paramédico del siglo XXI.

El proyecto supersecreto es el Ministerio del Tiempo, una cartera de Estado que controla una cueva en España llena de portales a través de los cuales se puede viajar en el tiempo. El problema es que ellos no son los únicos que pueden hacerlo, y por eso su misión es mantener la historia tal como la recordamos, y hacer que las grandes figuras históricas cumplan con su destino.

Ya lo advierte El Ministerio del Tiempo desde el título de su primer capítulo: El tiempo es el que es. Ahí, los protagonistas tratan de detener a dos franceses que han llegado al siglo XXI desde inicios del siglo XIX en busca de armas modernas que les permitan vencer en lo que se conoce como la Guerra de la Independencia Española, en la que una coalición formada por británicos, portugueses y españoles se enfrenta al imperio francés, que intenta sentar en el trono de España a José Bonaparte, el hermano de Napoleón.

El inusual equipo conformado por Amelia, Alonso y Julián tiene sus razones: uno es experto en tácticas, otro es capaz de cuidar de los demás si son heridos, y ella es la cabeza de la operación. Alonso, con toda la galante condescendencia y el lenguaje del Siglo de Oro encima, salta sorprendido cuando se entera de que una mujer le dará órdenes a él, un experto en tácticas de guerra.

El nuevo trabajo le genera dilemas a uno de los personajes. Para Alonso, librado de la horca, esta es una segunda oportunidad; mientras que para Amelia, que tiene la vida por delante, ser reclutada por el Ministerio del Tiempo es una posibilidad que no iba a tener en su tiempo.

En cambio, Julián, que acaba de perder a su novia en un accidente de tránsito que ocurre mientras estaban distanciados por una pelea, usa los portales del ministerio del tiempo para viajar al pasado y volver a ver a su amada.

Una interesante reflexión acerca de la vida de hoy: la grandeza y la heroicidad son menos significativas que el balance individual o, dicho de otra forma, una vida normal.

Por la serie pasan muchos personajes históricos de calado, como Lope de Vega (en el segundo episodio) o Miguel de Cervantes (encarnado por Pere Ponce, el actor que hizo a Eugeni Bosch en Merlí). De hecho, Diego Velázquez es un empleado del Ministerio del Tiempo, el encargado de hacer los retratos hablados. (I)

En un episodio, la misión es evitar una reunión entre Franco y Hitler. Foto: El Ministerio del Tiempo / Fotograma

Adicional
El Ministerio del Tiempo
Datos

Locación
La sede del Ministerio del Tiempo es el abandonado Palacio de la Duquesa de Sueca, en Madrid.

Creador
Javier Olivares se inspiró en la novela Las puertas de Anubis y en la película Time After Time (en España, Escape al futuro).

Antecedentes
En 1998, Olivares escribió un guion para una película, que no se produjo, sobre el sitio de Baler, último bastión español en Filipinas. Un capítulo de la serie usa ese libreto y personajes. (I)