¿En qué continente están ubicadas las Islas Comores? Lo más probable es que para conocer la respuesta debamos recurrir a la Wikipedia. En Internet, de hecho, hay información abundante sobre la historia de este país, situado en el continente africano. Sus islas están habitadas desde el siglo VI por el pueblo bantú, y en el XI llegó a las islas el islam, la religión oficial, gracias a mercaderes que procedían de medio oriente.

Fue Francia quien las convirtió en parte de su imperio colonial. Sin embargo, a finales de la década de los sesenta este país le otorgó su independencia. Desde entonces, su historia ha estado marcada por conflictos sociales y numerosos intentos de golpes de Estado.

Hoy en día, se la conoce como República Islámica Federal de las Comores y la integran 3 islas: Grande Comora, Mohéli, Anjouan. También está Mayotte, pero continúa perteneciendo a Francia. En la actualidad, más del 80% de la población es musulmana sunita y el restante, católico.

Su extensión no suma más de 2.000 km² y sus habitantes no llegan al millón. Este archipiélago, situado en el Océano Índico, a medio camino entre Mozambique y Madagascar, se conoce también como las ‘islas de la Luna’, debido a que algunos geógrafos árabes de la Edad Media, establecieron una similitud al observar lava petrificada sobre las playas de arena blanca. En realidad, estas islas son de origen volcánico. Así, por ejemplo, la isla Grande Comora alberga el Karthala, un volcán activo cuyo cráter es uno de los más grandes del mundo. Según los geólogos la caldera de este volcán se ha deformado por las múltiples explosiones y mide alrededor de 4 kilómetros de largo por 3 km de ancho y tiene paredes exteriores que rondan los 100 metros de altura.

Actualmente, este volcán es considerado uno de los principales atractivos turísticos. Durante muchos años, este archipiélago ha sido reconocido por su importante producción de vainilla, clavo de olor, canela, esencias para perfumes, entre otros. Hay quienes incluso las conocen como las islas del perfume, porque surten de esencias para las fragancias, entre ellas se destacan: ylang-ylang, vainilla, cardamomo, basilisco y jazmín.

El ylang-ylang es uno de los ingredientes de una de las fragancias más conocidas en el mundo: Chanel Nº 5. En realidad, las Islas Comores son, hoy en día, las mayores proveedoras en el mundo de esta planta; al año se exportan más de 60 toneladas. Además, ocupan la segunda posición en exportación de vainilla Bourbon, considerada una de las mejores del mundo por su sabor dulce, cremoso y puro para la repostería. Estas islas también son reconocidas por albergar diversos hábitats marinos y terrestres, incluidas algunas zonas montañosas, bosques de hojas perennes, manglares y arrecifes de coral. Además, poseen una gran cantidad de especies consideradas endémicas como el zorro volador —que está en peligro de extinción y es uno de los murciélagos más grandes del mundo—. Se trata de una especie con unas alas tan largas que, con frecuencia, se los ve envueltos en ellas, como si fuera un manto. Cuando estas se abren pueden medir hasta un metro de largo y pesar hasta 2,5 libras. Muchos biólogos advierten que tiene una cara semejante a la de un zorro, porque tienen un hocico largo, similar al de los caninos y orejas puntiagudas en lugar de redondas como las de la mayoría de especies de murciélagos. Por esta razón, los llaman zorros con alas.

Playas vírgenes, un tesoro de este archipiélago

En Mohéli, una de las islas que conforman Comores, hay playas de arena blanca con relieves volcánicos y plagadas de palmeras. Sus playas son desiertas, al punto que han servido como terrenos de fútbol.

Estas albergan también a tortugas gigantes. Se encuentran, principalmente en la playa de Itsamia, al este de Mohéli. Allí existe una reserva natural de tortugas marinas gigantes que pueden llegar a pesar 300 kilos y medir 1,5 metros. En esta zona, los turistas pueden también ver cómo se construyen los barcos árabes de vela. A pesar de sus riquezas naturales, este es un archipiélago con escasa infraestructura turística. Quienes deciden visitarlo, deben poseer un espíritu aventurero, pues en muchos casos es necesario levantar una tienda de campaña para pasar la noche en uno de estos rincones paradisíacos. En las islas Comores confluyen diversas etnias como ocurre con frecuencia en muchos países formados por islas. Entre estos grupos destacan, los polinesios, los comerciantes árabes y los persas shirazi. De acuerdo con el diario español El Mundo, entre las etnias minoritarias están los antalotes, sakalava y creoles, pero el grupo religioso dominante es el islamismo sunita, descendiente de los persas shirazi.

El consumo de alcohol está prohibido y el lugar se encuentra atestado de mezquitas, el llamado a la oración es menos ruidoso que en el resto de los países islámicos. Durante mucho tiempo, las mujeres solían llevar el purdah, un velo que fue sustituido por una vistosa prenda denominada chiromani.

La única tradición que permanece en estas islas es la de la Gran Boda, o boda por todo lo alto. Según describe el diario El Mundo, estos enlaces, normalmente establecidos de antemano, suelen ser entre una chica joven y un hombre algo mayor. El novio debe pagar la comida de todos los habitantes de la zona durante los 2 o hasta 9 días que puede durar la festividad llamada toirab. Además debe pagar una costosa dote a la que va a ser su esposa, la cual incluye preciosos vestidos, oro y joyas. Muchos comorenses sueñan con este acontecimiento, porque incluso los eleva al puesto de ‘notables’. En la celebración es usual que se consuman los ahorros de toda una vida, por eso muchos hombres solo se casan a una avanzada edad. La fiesta, en la que participa casi todo el pueblo, se prolonga por varios días. Lo más curioso es que es este acontecimiento tan importante en la vida de una pareja suele dejar al esposo casi en la ruina. Para el día del matrimonio, el novio lleva una faja denominada m’ruma, la cual muestra su nuevo estatus.

Quienes visitan este destino suelen destacar su gastronomía diversa. En realidad, es una mezcla de la cocina india, árabe, francesa y africana. Algunas de las comidas más comunes incluyen una combinación de arroz y carne sazonada con cualquier especia producida en la región como vainilla, cardamomo, cilantro, diente de ajo, nuez moscada y canela. El atún y el pulpo se consumen mucho, como sucede también con la carne de pollo, cabra y cordero.

Desde hace mucho tiempo, las Islas Comores se han convertido en un verdadero paraíso para los viajeros del buen comer, sobre todo si son franceses. Uno de los platos más cotizados es el langouste á la vanille, una langosta cubierta en salsa de vainilla. En este archipiélago se produce, además, la jaca, considerada la fruta más grande del mundo. En muchas regiones puede llegar a medir hasta 90 centímetros de largo y pesar más de 30 kilos. Según un estudio publicado por un grupo de investigadores de la Universidad de Ciencias Agrarias de Banglore, en India, esta planta leñosa, podría ser el reemplazo ideal para el trigo, el maíz y otros cultivos básicos amenazados por el cambio climático. La jaca aporta muchos nutrientes y calorías. Hay quienes consideran que tras ingerir una docena de gajos, ya no se tendrá hambre durante el resto del día.

Un lugar apacible sin los ajetreos de las grandes ciudades

En este archipiélago no existe el ruido de las autopistas, ni la contaminación lumínica. Según el blog Mi Viajar, hay hábitos de antaño que hoy forman parte de su diario vivir: se cocina a menudo en leña, aún se usan las lámparas de petróleo y muchas familias se reúnen en las tardes a jugar al dominó en la plaza del pueblo. Para llegar a este destino, hay varios vuelos que parten desde Europa. El aeropuerto, que está ubicado en Moroni, la capital de las Islas Comores, se encuentra a 19 kilómetros al norte del centro de la ciudad. Para visitar otras islas, lo más recomendable es tomar avión. Además, todas cuentan con un servicio de taxi para conocer otros rincones. El alquiler de vehículos solo está disponible en la gran isla Grande Comora.