Jaramijó la caleta de los pescadores
Desde su adolescencia, Jeremías Espinel sabía que iba a ser pescador. Cada vez que se subía a una lancha, ya sea por paseo o por necesidad de movilizarse, sentía ese llamado hacia la faena marina.
Hoy las imágenes de aquellos días pasan muy claras en su memoria. De inmediato se refiere a los que han sido sus 45 años como pescador. Este hombre, oriundo de Jaramijó, indica que no se imagina su vida sin el mar.
“Ya he tratado de hacerme una idea de cómo será el día que deje de pescar, pero de inmediato mi mente se vuela a todas las jornadas de trabajo y me digo: ‘Yo sin el mar no vivo’”, indica Espinel.
Con su panga forma parte de una cuadrilla de fibras similares que se unen a una balandra (bote a vela) donde se va de pesca por 4 días. Cuando llega a casa, siempre lleva consigo unos cuantos pescados para el consumo de su hogar. Eso sí, reparte también una pequeña parte de la pesca entre sus familiares y vecinos. “Aquí nos compartimos todo... así somos los pobres”, comenta.
La vida de Jeremías se asemeja a la de muchos habitantes de Jaramijó, quienes han dedicado su vida al trabajo de pescador.
“Puedo decir con orgullo que vivo en un lugar lleno de historia, hazañas, tradiciones, folklore y cultura. Somos un punto de desarrollo, principalmente en la industria de la pesca”, resalta.
Para William Clarke, Jaramijó tiene un encanto peculiar. Ya son 37 años desde que este hombre, nacido en Cojimíes, se radicó en este cantón.
Clarke también pesca. Captura especies desde las rocas lanzando el anzuelo en el balneario Balsamaragua. Junto con otros 6 amigos realiza esta actividad como un pasatiempo. En su frente ubica una linterna minera pues la faena muchas veces se extiende más allá de las 22:00.
Entre las especies que captura están la corvina, el pargo, el murico y los bagres grandes. “Es un buen lugar, es un lindo cantón”, asegura.
Además de ser un lugar ideal para pescar, Balsamaragua también es uno de los puntos predilectos de los moradores para bañarse.
Bawer Bailón, alcalde de Jaramijó, resalta que este es un cantón de “pescadores entregados y mujeres trabajadoras. La ciudadanía es amable, educada y cordial. Somos amasados con mar y arena”.
El Alcalde comenta que Jaramijó se proyecta como un cantón turístico, artesanal, residencial e industrial. El Gobierno local trabaja para dar cobertura de servicios básicos. “Es parte del Buen Vivir”, afirma Bailón. Explica que con la construcción del nuevo puerto de pesca artesanal (que fue inaugurado en marzo pasado), habrá un mayor orden en las playas aledañas. “Ahora tenemos hermosos balnearios como hace 25 o 30 años. Queremos apuntar a regenerar todo el perfil costanero para que se levanten restaurantes y bares que atiendan a los turistas”, dice.
El muelle artesanal beneficia a cerca de 2.500 pescadores de manera directa y a otras 10 mil personas de forma indirecta. Para esta obra, el Gobierno Nacional invirtió $ 22 millones.
Entre las obras que se ejecutan está la construcción de la primera Unidad del Milenio en la localidad. El Municipio cederá más terrenos para que el Gobierno Nacional construya más de estos planteles.
En el último feriado (a inicios de este mes) se superó la expectativa con respecto a la presencia de turistas. Las playas más visitadas fueron Fondeadero y Balsamaragua, también llamada Salinas.
En la localidad hay atractivos turísticos como el faro, que se levanta en la Punta de Jaramijó; La Plaza a la Libertad, situada en las calles Alfonso Darquea y Galo Plaza, levantada en honor al general Eloy Alfaro. Este lugar tiene un monumento en el centro, alusivo a la batalla Balsamaragua, realizada el 6 de diciembre de 1884.
Consta, además, el Centro Cívico turístico El Pescador y El Mirador, ubicado en la entrada, desde donde se aprecia panorámicamente la zona urbana, las playas y ensenadas. Otro sector turístico natural es el pozo de agua azufrada, que se encuentra dentro de las playas de Punta Blanca. Este lugar es visitado frecuentemente por las propiedades medicinales que poseen sus aguas. Los locales afirman que este es un tratamiento para diferentes enfermedades de la piel.
El concejal Abel Ávila recordó que sobre este lugar hay muchos mitos e historias. “Se habla de que al lugar llegaron extranjeros para hacer estudios y extraer petróleo. Se acercó un anciano y les pidió agua y ellos le negaron. Entonces el longevo les dijo que ojalá que todo lo que saquen de ese lugar fuera solo agua. Desde allí el pozo solo emana agua, pero agua azufrada, la que tiene propiedades medicinales”, indica.
El edil refiere que una de las partes que se está incentivando turísticamente es la del Peñón del Diablo. Allí hay una amplia vista al océano Pacífico y además locales comerciales de venta de comida.
“Aquí nací y aquí muero, en mi cantón bello. Invito a todas las personas a visitar nuestras maravillosas playas, a ver un atardecer en Balsamaragua, a probar nuestra riquísima comida”, destaca Teresa López, moradora del barrio Galo Plaza, uno de los más tradicionales de Jaramijó.
Vida política
El cantón tuvo su primera administración municipal en junio de1999. Desde esa fecha hasta ahora ha habido 6 períodos de alcaldía.
Jaramijó se constituyó como parroquia de Montecristi el 6 de mayo de 1927 y el 28 de abril de 1998 fue reconocido como cantón.
En la esencia cultural de Jaramijó están las fiestas de San Pedro y San Pablo. Estas se desarrollan en agosto y consisten en una tradicional procesión marítima. Su gastronomía se basa en mariscos, con los cuales se preparan la cazuela de pescado, el ceviche, los camotillos fritos, entre otros platillos.