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Ecuador, 23 de Diciembre de 2024
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El Telégrafo
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A orillas del río Blanco, el vértigo del amor se pone a prueba

La cascada del Amor fue nombrada así por ser el 14 de febrero el día de cantonización de San Miguel de los Bancos.
La cascada del Amor fue nombrada así por ser el 14 de febrero el día de cantonización de San Miguel de los Bancos.
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El río no es un testigo mudo de la experiencia. Su murmullo es la banda sonora del camino y su forma serpenteante es la maqueta sobre la que se dibuja el recorrido que conduce a una de las perlas del noroccidente de Pichincha, en donde leyenda y aventura entrelazan sus destinos.

Hermosas joyas naturales empiezan a despuntar en la agenda turística de la zona. Ese es el caso del recinto Río Blanco, una pequeña comunidad ubicada a 7 kilómetros del cantón San Miguel de los Bancos, por la vía Las Mercedes-Santo Domingo. Llegar es fácil, basta guiarse por la señalización existente.

Al arribar a la comunidad, los miembros de la Asociación de Servicios Ecoturísticos Cascada del Amor, una organización comunitaria formada por los pobladores de la zona, dan la bienvenida y detallan las actividades que se pueden realizar en el lugar, entre las que se destacan el senderismo, la observación de aves, la visita a la cascada del Amor, entre otras.

Desde el centro poblado del recinto hasta la zona de la cascada hay una distancia de 2 km. Durante el recorrido, a orillas del río Blanco, se empieza a notar lo abundante de la naturaleza y no es raro que el caminante se vea acompañado de exóticas aves y mariposas que alegran la ruta.

Al final de la senda, un puente sobre las aguas del río es la entrada al lugar de acampada y descanso, parada obligada para reponer energías. En el sitio funciona un comedor comunitario donde los asociados ofrecen delicias culinarias preparadas con los productos de la zona.

Los convenios con el Gobierno de Pichincha han sido fundamentales para el crecimiento de este emprendimiento comunitario. El huerto orgánico, del que se extraen la mayor parte de los ingredientes, es una prueba de eso. Zanahoria, apio, lechuga, puerro, col, tomate, entre otras verduras, son sembradas y cultivadas con criterios técnicos que permiten respetar el entorno y cosechar productos sanos.

En la explanada del comedor se sienten los olores de la comida recién preparada. Por influencia de algunos pobladores de la zona llegados desde la Amazonía, existe una predilección por la comida de esa región. La tilapia, preparada al estilo del maito (cocinado en sus propios jugos dentro de una hoja de plátano) es el plato más solicitado por quienes llegan al recinto, aunque el pescado a la plancha o a la parrilla también cautiva el paladar del visitante.

Otros platos típicos de la región también son preparados con destreza, dando una prueba innegable de las aptitudes gastronómicas de los comuneros. Caldo de gallina, chuletas de chancho, menestras, pinchos, empanadas y arroz con pollo completan una carta pensada para ofrecer las calorías necesarias para hacer frente al resto de la aventura.

Así, después de la comida y del respectivo descanso —de esos recomendados para favorecer la digestión—, la expedición continúa y empieza la incursión al bosque húmedo. A pocos metros se encuentra el mayor atractivo de la zona: la cascada del Amor, nombrada así por ser el 14 de febrero el día de cantonización de San Miguel de los Bancos y de donde, según cuenta la leyenda: “entran 2 y salen 3”.

En sus aguas cristalinas (por eso el nombre de río Blanco) convergen los ríos Cristal, Mindo, Cinto, Nambillo, Saloya y Milpe. Desemboca en el Océano Pacífico con el nombre de Río Esmeraldas.

En este balneario natural, ubicado a 800 metros sobre el nivel del mar, se puede tomar un baño reconstituyente, en un entorno fresco protegido de la intensidad del sol por la exuberante vegetación. Los más atrevidos acceden a la parte alta de la caída de agua para probar sus dotes para los clavados. Toda la actividad es supervisada por un guía local que aconseja a los bañistas hasta dónde llegar en términos de seguridad. El río es un lugar para divertirse, pero nunca se le debe perder el respeto, aconsejan los lugareños.

Refrescados y renovados, los visitantes se alistan para recorrer las rutas preparadas para el senderismo. Con la ayuda de un guía local, conocedor de la flora y la fauna, es posible divisar y fotografiar la enorme variedad de especies animales y vegetales que hacen de esta zona una de las más biodiversas de América Latina.

Una de las sorpresas que prepara el cantón para favorecer el turismo se hace visible en un pequeño descampado cercano al río, se trata de un teleférico que conectará la cabecera cantonal con el recinto. La estructura cuenta con 700 metros de cable y representará otra opción para llegar a la comunidad. Según los lugareños, se espera que entre en funcionamiento durante este mismo año.

Después de la caminata —que es diseñada específicamente para cada grupo— se vuelve al comedor a reponer fuerzas. Las carpas de quienes llegaron dispuestos a pernoctar en la zona empiezan a ser armadas, otros se dirigen a los hoteles y hosterías del cantón, y los demás emprenden el camino de vuelta a casa.

Según los visitantes, la experiencia es enriquecedora y la mayor parte se muestra entusiasta por volver a vivirla. Muchos marcan los feriados, especialmente Carnaval, como fecha de retorno ya que las actividades se multiplican en esos días.

CURIOSIDADES

La Asociación de Servicios Ecoturísticos Cascada del Amor es una organización creada hace 7 años por los pobladores del recinto Río Blanco.

Además de servicios turísticos, la asociación ofrece capacitaciones y formación en temas ecológicos a sus 20 integrantes.

El huerto orgánico, de donde se extraen los vegetales usados en la comida, es una iniciativa emprendida con el asesoramiento técnico y supervisión del Gobierno de Pichincha.

La comida tiene influencia de platos típicos de la Amazonía pues en el lugar viven personas de esa región. La tilapia tiene un valor de $ 5,50. La comida es el único gasto en el que incurre el visitante. Los servicios de guianza y seguridad son gratuitos

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