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El turismo religioso toma fuerza en este feriado (Infografía)

1.	La Semana Santa es una de las fechas principales para el calendario cristiano. Miles de personas escoltan las procesiones.
1. La Semana Santa es una de las fechas principales para el calendario cristiano. Miles de personas escoltan las procesiones.
29 de marzo de 2015 - 00:00

La playa de Ballenita, situada a media hora de Salinas, es una de las más concurridas durante el feriado de Semana Santa. Allí se realiza un ritual religioso que cada año renueva la fe de sus habitantes. Se trata del Baño de la Cruz, una ceremonia que convoca a cientos de pobladores de esta zona y de otras regiones costeras del Ecuador. Esta procesión, en la que participan sacerdotes y fieles, se inicia en la iglesia Catedral Emperatriz de Santa Elena. Son más de 3 kilómetros de recorrido, en los que los fieles elevan oraciones a Dios, siempre acompañados de cánticos religiosos.

En el trayecto, una pesada cruz de madera es llevada en hombros de los denominados “Santos Varones”, que van vestidos de blanco. El objetivo es llevar el madero hasta las arenas de la playa de Ballenita.

Al llegar hasta la plaza Pizarro, en Ballenita, desde una glorieta que se encuentra al borde de la playa, los feligreses descienden hasta la arena y allí la cruz es entregada a los pescadores, quienes la llevan varios metros al interior del mar, donde la sumergen y luego la ponen en alto para que todos los asistentes puedan verla.

Los pescadores la vuelven a acostar, pero sosteniéndola en el aire con sus manos y la levantan por varias ocasiones. Con esta acción se da por finalizado el rito y regresan a la playa.

Los rituales más concurridos en Imbabura se desarrollan en Cotacachi y Urcuquí, regiones donde hay mucha devoción.

Esta tradicional peregrinación se realiza todos los años sin excepción. Algunos pobladores afirman que esta costumbre comenzó entre los pescadores de la península como una forma de agradecer a Dios por el trabajo y la salud, y para pedir perdón por los pecados cometidos. Por los mismos motivos, otros cientos de fieles en diferentes ciudades del país también llevan a cabo procesiones que, de acuerdo a la región, adquieren características únicas, como el Ritual de los Diablos, en la Merced en Quito.

En esta parroquia rural los demonios aparecen y provocan temor. Quienes han vivido esta experiencia saben que estos persiguen a los niños, bromean con las mujeres jóvenes.Esta celebración sui géneris es poco conocida entre los ecuatorianos, aunque se realiza desde hace varios años.

Quizás por ello, este feriado de Semana Santa se constituye en la mejor oportunidad para ser partícipes del turismo religioso.

Según el Ministerio de Turismo, las procesiones forman parte de este turismo, porque en cada región del país hay celebraciones diversas que reflejan la cultura de sus pobladores. En muchos casos, estas celebraciones religiosas están asociadas a la purificación y a la renovación.

En otras palabras, al cambio de vida. Otro de los rituales que más participantes convoca es el que se desarrolla en el cantón San Miguel de Urcuquí, en la provincia de Imbabura, el cual alberga a la ciudad del conocimiento Yachay.

En este cantón, los feligreses portan en hombros la imagen de la Virgen de los Dolores.

2.	En la parroquia rural La Merced, en Quito, se lleva a cabo el Ritual de los Diablos que se encargan de asustar a los niños y de bromear con las mujeres jóvenes.

Esta procesión, según comentan sus habitantes, tiene 100 años de historia. Ramiro Andrade, historiador imbabureño, advierte que las procesiones de Urcuquí y Cotacachi son las más concurridas de la provincia. “En Semana Santa, los habitantes de otras ciudades de Imbabura asisten, religiosamente, a estas ceremonias que renuevan la fe católica”, sostiene.

Una de las actividades principales es escenificar los últimos días de Jesús, una tradición que atrae el turismo religioso local y que según cuentan sus pobladores llegó de España. Para los habitantes de Urcuquí, esta es la oportunidad de que los ecuatorianos conozcan esta región, conocida también por el poder curativo que brota de sus aguas. La Semana Santa tampoco pasa inadvertida en San Clemente, en la provincia de Manabí, donde las procesiones transcurren entre las plazas y calles.

Esta ciudad atrae la atención del turismo religioso por la variedad de rituales que organizan sus habitantes, entre ellos, la procesión infantil del Martes Santo o el Canto del Poderoso de la mañana del Viernes Santo, en el que se realiza un recorrido hasta el Campo Santo y la subasta de las andas de la Virgen de Rus, patrona de San Clemente.

3.	En la parroquia de Urcuquí, en Imbabura, la procesión convoca a centenares de personas que siguen de cerca el ritual en el que se recrea la pasión de Cristo.

En Manta también se desarrollan las ceremonias del vía crucis en diferentes iglesias, como la Virgen de la Dolorosa, Divino Niño, La Merced, Nuestra Señora del Rosario y Perpetuo Socorro.

En Esmeradas, los feligreses visitan las 7 iglesias: Monasterio, Trapenses, Santa Cruz, La Merced, Santuario de Loreto, San José Obrero, la Ceiba, la Catedral y Cristo Rey. En todos los cantones y parroquias se rezanlas 12 estaciones para recordar el vía crucis.

Además, la mañana del Viernes Santo los feligreses participan en el sermón de las Siete Palabras de Jesús.

La noche del Sábado de Gloria, los devotos asisten a la vigilia de resurrección, también a la encendida de luces en las iglesias, a la reflexión, adoración y quema de fuego; y el domingo de Pascua, todas las iglesias celebran misas que incluyen música, baile y fuegos pirotécnicos.

En las parroquias Winbi, Telembí y Playa de Oro, del cantón Eloy Alfaro, la noche del Viernes Santo se realiza una procesión y una representación viva del vía crucis, y el sábado hacen una ceremonia denominada Media Gloria, por lo cual hay poca música y una celebración breve.

En el cantón Chilla y en la parroquia San Roque de Piñas, provincia de El Oro, sus habitantes recuerdan la vida, pasión y muerte de Jesús.

En esta región se lleva a cabo la ceremonia de descendimiento de Jesús, la procesión desde el centro de la ciudad hasta el barrio El Panecillo y la adoración de la cruz.

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