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El Telégrafo
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El mayor refugio de aves marinas se encuentra en El Oro

En uno de los riscos se encuentran un faro y un observatorio, pues en el lugar se realizan investigaciones.
En uno de los riscos se encuentran un faro y un observatorio, pues en el lugar se realizan investigaciones.
06 de septiembre de 2015 - 00:00 - Fabricio Franklin Cruz

La isla Santa Clara, ubicada a 43 kilómetros de Puerto Bolívar, a la entrada del Golfo de Guayaquil, es el hábitat de varias especies marinas, como lobos de mar, tortugas y aves, estas últimas habitan en grandes cantidades, por lo cual es considerado como el mayor refugio en la Costa ecuatoriana. Está a 25 km al suroeste de la isla Puná y el único modo de llegar es por el mar, en un viaje que dura 2 hora desde el muelle de Puerto Bolívar.

En sus costas convergen las aguas de la corriente de Humboldt, la extensión de la subcorriente Ecuatorial o corriente de Cronwell, las aguas cálidas tropicales del norte, como las de El Niño, y el agua dulce del río Guayas. Con una temperatura que oscila los 22 °C a 34 °C, se ha convertido en un importante destino turístico aunque tiene algunas restricciones para su ingreso.

Actualmente es un área protegida donde se puede entrar solo con un permiso del Ministerio del Ambiente (MAE). Sin embargo, en temporadas de avistamiento de ballenas jorobadas, los visitantes pueden observar el paisaje a una distancia muy cercana.

La isla está rodeada por varios islotes pequeños, es de aproximadamente 5 hectáreas de superficie y está en el límite marítimo con Perú. Ahí también, hace 8 años, el Instituto Oceanográfico de la Armada Ecuatoriana (Inocar) instaló una Estación Científica de Meteorología para realizar mediciones del viento, temperatura y humedad.

El Ministerio del Ambiente registró que en la zona existen 58 especies de peces, que corresponden al 14% de las reportadas en el país. La isla es rocosa, en su parte alta se encuentra cubierta por vegetación de matorral seco con especies como: cortadera, gramínea, capparis, muyuyo y cactus.

De las 24 mil aves que se han registrado, 15 mil son fragatas, 4 mil pelícanos pardos y 5 mil piqueros patas azules. Por las temporadas de julio a octubre, muy cerca de la isla se presentan 2 especies de cetáceos como la ballena jorobada, el delfín común y el lobo chuzco de Perú, una especie de foca migrante.

Roberto Marcos, director provincial del MAE, asegura que la isla es el hábitat de aves, lobos marinos, iguanas, piqueros patas azules, fragatas, pelícanos pardos, entre otras especies. Esta variada fauna —menciona— la convierte en una zona extraordinaria, con un valor natural, cultural, científico y educativo que justifica totalmente su inclusión en el Patrimonio de Áreas Naturales del Estado.

Ingreso de turistas

Según el principal del MAE en El Oro, la isla no es turística sino que es utilizada con fines científicos. Cada año realizan estudios entorno a la vida de las especies marinas, la temperatura del mar y monitorean la reproducción mensual de las aves.

Para que un turista ingrese debe pedir un permiso por escrito a la dirección del Medio Ambiente. Estudiantes de biología de varias universidades del país se dan cita en esta isla para conocer a las especies que habitan en el lugar.

La isla Santa Clara está cuidada por un guardaparque, quien además hace de guía turístico a quienes ingresan con el permiso. Mayra Estrella, coordinadora de la Unidad de Patrimonio Cultural de la entidad, explicó que por ser una isla tan pequeña, con una gran cantidad de aves, se ha intentado restringir la presencia de turistas para que no perturben a las especies.

“Hay bastante anidación de piqueros patas azules, por ello no podemos alterar el hábitat de los animales”, dijo Estrella.

Proyecto de turismo

La prefectura de El Oro analiza la posibilidad de organizar corredores turísticos por la isla, es decir, convertirla en un destino para los trotamundos donde además se pueda desembarcar. Sin embargo, el MAE estudia la propuesta detenidamente pues se trata de una reserva de vida silvestre. “Al hacerla turística se podría amenazar a las aves u otras especies que utilizan como refugio la isla fronteriza”, mencionó Marcos.

Un espectáculo natural único

Septiembre es la fecha ideal para el avistamiento de ballenas jorobadas que llegan desde la Antartida a aguas ecuatorianas para tener a sus crías. Además podrás observar lobos marinos y el delfín nariz de botella. Otra especie que migra al lugar es el Lepidochelys olivácea, una tortuga marina, y el lobo marino chusco de Perú.

En esta temporada, la cantidad de alimento como plancton y cardúmenes de pequeños peces, aumenta. Es así que su alimentación es otra de las razones para que dichos animales visiten la isla.

Sus aguas también son muy buscadas por los amantes del buceo y es que su riqueza marina bajo el agua impresiona a todos los que deciden sumergirse. Además, desde 2002 es considerado un sitio Ramsar, un humedal con importancia internacional, sobre todo para la supervivencia de las aves marinas.

Los riscos alcanzan hasta los 80m de altura, y en uno de ellos se encuentra un faro y una torre de observación.

Francisco Torres tuvo la oportunidad de ver este paisaje natural hace 2 años. Llamaron su atención las miles de aves que vuelan alrededor de la isla, también conocida como la ‘isla del muerto’ por tener la forma de un hombre acostado, perfil que se divisa a varios metros de distancia.

Los ministerios de Turismo y de Ambiente en coordinación con la Dirección de Espacios Acuáticos Capitanía de Puerto Bolívar suelen coordinar planes para facilitar las actividades turísticas en esta época del año. Es así que entre agosto y octubre, varias operadoras turísticas ofertan recorridos en lancha alrededor de la isla para avistar a las ballenas.

El costo del paseo fluctúa entre los $ 20 y $ 25. El titular del ambiente aclaró que el viaje alrededor de la isla requiere la autorización del Ministerio y en casos especiales del Inocar.

La forma recomendada para llegar a esa isla es visitar Puerto Bolívar, en la ciudad de Machala, donde la capacidad hotelera permite anualmente atender a 150 mil turistas. De acuerdo con el Ministerio de Turismo, la zona cuenta con un catastro de 334 establecimientos que ofrecen servicios para hospedaje, alimentación, recreación y transportación de los turistas, tanto en Machala como en ciudades cercanas.

Los pescadores de Puerto Bolívar y de Jambelí pocas veces realizan su faena de pesca cera de la isla. Sin embargo, artesanales de la provincia de Santa Elena acuden cotidianamente ya que en el sitio abundan las corvinas. Los pescadores pueden realizar su faena de pesca a más de 8 km lejos de la isla.

Sitio sagrado

Según los registros históricos del mar orense, el islote fronterizo, ubicado muy cerca de la isla Puná (Guayas), fue considerado un sitio sagrado por los pobladores aborígenes de Puná donde rendían ofrendas a sus dioses y realizaban ceremonias mortuorias. Los conocedores han mencionado la posibilidad de que en las profundidades de las aguas contiguas reposen restos de naufragios submarinos hispánicos. Se han encontrado muestras de cerámica, madreperla, yeso y mullo.

Según el MAE, los antiguos pobladores del golfo de Guayaquil usaban la isla como parte del circuito comercial de la costa sudamericana, como también para la defensa del golfo. La función defensiva continuó durante la Colonia, cuando desde la isla se combatía a los piratas que intentaban asaltar los barcos que zarpaban de Guayaquil.

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