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De viaje por el sur del país (Galería)

La iglesia, ubicada en el parque central, es uno de los principales atractivos de Malacatos. Así mismo, sus casas de estilo colonial.
La iglesia, ubicada en el parque central, es uno de los principales atractivos de Malacatos. Así mismo, sus casas de estilo colonial.
19 de abril de 2015 - 00:00 - Verónica Endara

Paisajes naturales y urbanos, con ciudades llenas de historia y gente hospitalaria, es lo que encuentran los turistas al sur de Ecuador.

Las provincias de El Oro, Loja y Zamora Chinchipe conforman esta zona del país que tiene una extensión de 33.000 km². Quienes visitan esta región descubrirán rincones únicos. La primera parada es Loja.

Es imposible pensar en esta ciudad sin mencionar su legado cultural. Fue la cuna de varios escritores como Benjamín Carrión, Pablo Palacio, Carlos Carrión Figueroa, y muchos más.

Los parques están entre algunos de los principales atractivos de la urbe. Con un clima que oscila entre los 16 °C y 21 °C, el visitante podrá disfrutar del zoológico, lagunas artificiales y museos.

La isla de la longevidad

En sus calles silenciosas se escucha el sonido del viento, el cantar de los pájaros y algunas risas de un grupo de amigos veteranos sentados afuera de una tienda.

Es Vilcabamba, un valle ubicado a 1.700 m s.n.m., con aproximadamente 5 mil habitantes, situado en la provincia de Loja.

Su nombre proviene de la expresión kichwa Huilcopamba, que significa ‘Valle Sagrado’.

Su clima, que oscila entre los 18°C y 22 °C, lo hace un lugar agradable para descansar. Tal vez de ahí nace uno de sus atractivos, este pueblo es conocido por la longevidad de sus habitantes: muchos llegan a vivir cerca de 100 años.

Para Ángel Abarca, guía nativo, la longevidad de la gente se debe —posiblemente— a la temperatura de Vilcabamba, a su agua y al ambiente libre de contaminación.

Los cierto es que propios y extraños han elegido esta región para disfrutar los últimos años de su vida. Y es que en este ambiente lleno de paz es posible cabalgar, ciclear o caminar por las montañas, rodeadas de frondosos árboles.

Este valle cuenta con varios atractivos naturales como cascadas y lagunas. Tiene 3 ríos: Capamaco, Yambala y Chamba o río San Pedro. Los 3 se unen con el río Vilcabamba. Cruzarlos sobre un caballo es una experiencia única.

A pocos minutos, los viajeros encontrarán lugares igualmente atractivos como San Pedro, Malacatos y Yangana.

Una extensa reserva natural

Es momento de sacar de la maleta un saco abrigado, pues la siguiente parada es el refugio Cajanuma, en el Parque Nacional Podocarpus. Este edén, ubicado a una altura que varía entre los 2.800 y 3.200 m s.n.m. fue fundado el 15 de diciembre de 1982. Cuenta con una extensión aproximada de 146.280 hectáreas y abarca zonas de la provincia de Loja y Zamora Chinchipe.  

Es una gran reserva de biosfera en la que viven alrededor de 630 especies de aves, diversa vegetación, como los mismos podocarpus, y mucha fauna como los murciélagos (se han contabilizado cerca de 200 especies).

Los senderos conducen a miradores desde donde se puede observar la ciudad de Loja, parte de la Cordillera de los Andes e infinita variedad de aves. Si desea nadar puede visitar sus cascadas, pues la reserva cuenta con alrededor de 50 como la Chismosa y la Poderosa.

Tiene aproximadamente 100 espejos de lagunas grandes y pequeñas. Las Lagunas del Compadre son de las más visitadas.

Un día no es suficiente para admirar las maravillas de este lugar, así que también es posible acceder a una de las cabañas que están instaladas dentro del parque; estas disponen de todos los servicios básicos.  

Hay otro refugio en el sector San Francisco, a 23 kilómetros de la ciudad de Loja, vía a Zamora. Cerca de este lugar se pueden apreciar los podocarpus. Algunos miden 35 m, y tienen entre 800 y mil años de vida.

Un bosque de la era de los dinosaurios

Nos trasladamos a la época jurásica. Le sorprenderá saber que las aparentes rocas gigantes que se encuentran junto a los senderos en el Bosque Petrificado de Puyango en algún momento fueron árboles. Erupciones volcánicas submarinas, fenómenos naturales que existieron hace más de 300 millones de años, originaron este paisaje.

De acuerdo con diferentes estudios, en cierto momento, el planeta estuvo totalmente cubierto de agua.

Los choques de las placas tectónicas permitieron que la tierra emerja dando paso —después de varios años— a la formación de bosques adaptados a los diferentes climas.

En este proceso, el bosque de Puyango se petrificó porque quedó enterrado a una profundidad de entre 50 m a 100 m. La falta de oxígeno hizo que la materia orgánica de los árboles no lograra descomponerse.

Minerales como el sílice, el hierro, el potasio, el argón, y otros, se filtraron por los poros de los árboles que, al enfriarse, se cristalizaron en las células reemplazando todo lo orgánico y convirtiéndolo en roca. Este proceso de petrificación duró millones de años.

La edad del bosque, que perteneció a la especie conífera, es de aproximadamente 150 millones de años.

Vivió el período Cretácico y Jurásico, es decir, la era de los dinosaurios, por tal razón no se descarta la posibilidad de encontrar fósiles de estos animales.

Con una extensión de 2.659 ha, se encuentra ubicado una parte en Loja y otra en la provincia de El Oro. El profesor Alonso Campoverde lo descubrió en 1971. En 1987 fue declarado Patrimonio Cultural Natural.

Allí se encontraron fósiles marinos como conchas, almejas, caracoles y amonites gigantes —ya extintos—, pero que tenían la forma de un caracol.

En el desierto de Arizona, Estados Unidos, también existe un bosque petrificado de 36 mil ha. Asimismo se formó uno en el desierto de Patagonia, Argentina. Estos bosques, a diferencia del de Ecuador, no cuentan con vegetación viva.  

El Bosque Petrificado de Puyango es el hábitat de animales como venados, ardillas, conejos, armadillos, tigrillos, puercoespines, osos hormigueros y perezosos, tiene 65 especies de aves, y más. Recibe anualmente alrededor de 10 mil a 12 mil turistas.

Una ciudad que vive en el pasado y en el presente

Conocida como ‘la sultana de El Oro’, Zaruma encierra en sus calles angostas y zigzagueantes un ambiente lleno de historia y tradición. Sus huertos frutales, cafetales y molinos, la convierten, sin duda, en una de las ciudades más bellas del país.

Sus trazos urbanísticos la distinguen un lugar único en Ecuador. A pesar de los años, aún mantiene casas hechas con madera, como guayacán y cedro, con diseños propios del siglo XIX. Sus fachadas son coloridas, con balcones tallados en madera y cornisas.

A los turistas les atrae su variabilidad climática que responde a su ubicación. Su altitud varía en un rango entre 800 a 3.500 m s.n.m.

Zaruma ofrece varios lugares para visitar como el centro histórico, las cascadas Chaca Cápac y la Huayquichuma, la Iglesia Matriz edificada a comienzos del siglo XX, la laguna Chinchilla, además de museos, parques y miradores naturales como el cerro El Calvario.

Este último es la parte más alta de la ciudad, desde allí es posible contemplar toda la urbe y las montañas que la rodean.

En cuanto a la gastronomía, el ‘tigrillo’ es su plato tradicional. Los bolones de maní, queso, chicharrón y mixtos también son muy comunes en el lugar.

De igual manera, los visitantes podrán degustar las arvejitas con cuero, el repe, las humitas, los tamales y los panes hechos en casa.

Uno de sus principales atractivos turísticos que no puede obviarse es la Mina El Sexmo, que data del siglo XVI.

Funcionó hasta el año 2000, y en 2004 abrió sus puertas al público. Es una mina que tiene oro, plata, bronce y cobre.

A lo largo del recorrido se percibe aún el olor a azufre. Acompañado de pequeñas filtraciones de agua, los turistas observarán figuras humanas que ejemplifican cómo se realizaba la extracción de los minerales.

Este atractivo lugar recibe aproximadamente 700 turistas al mes.

A la vista de todos, está la piedra de cuarzo que contiene minerales como el oro. Además se mantienen las formaciones de estalactitas y estalagmitas.

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