Alemania del Este 25 años después (Galería)
Las huellas del pasado aún son visibles en Alemania. Sitios icónicos evocan hechos históricos que marcaron a una nación. El Muro de Berlín es uno de ellos. Alemania está a pocos días de conmemorar el vigésimo quinto aniversario de la caída del muro. ‘El valor de la libertad’ es el lema de su capital, Berlín. Esta gran pared, que midió alrededor de 160 km de largo y aproximadamente 4 m de alto, fue levantada en 1961. Para ser exactos, su construcción inició el 13 de agosto de ese año.
Finalizada la II Guerra Mundial, Alemania quedó dividida en 2: la República Federal Alemana (RFA) al Oeste y la República Democrática Alemana (RDA) al Este. Cerca de 3 décadas después, el 9 de noviembre de 1989, el muro fue destruido, dando paso a la unificación de una sola Alemania. Los siguientes años a la caída del muro fueron difíciles para Berlín. De acuerdo con el Alcalde Gobernador y Jefe de Gobierno del Estado Federado de Berlín, Klaus Wowereit, después de la unificación, Berlín quedó sumida en la pobreza y muchas personas no tenían empleo: “Berlín cayó en los años 90 en una profunda crisis financiera”, acotó.
Pero su situación cambió. Hoy la mayoría de sus habitantes muestran una Alemania unida y diversa. En la actualidad, es incluso un referente turístico.
Berlín ha sido un modelo a seguir en la música, danza y artes plásticas. Además, muchos artistas y ciudadanos con espíritu emprendedor se tomaron las viejas industrias, edificios, instalaciones ferroviarias y fábricas de cervezas para convertirlas en cafeterías, discotecas y salas de ensayo para músicos. Lo mismo sucedió en otras ciudades como Hamburgo. Hoy estos lugares son atractivos turísticos.
Para aproximarse a la historia de lo que fue la construcción y caída del Muro de Berlín, hay que recorrer La milla histórica; son 30 exposiciones situadas a lo largo de lo que fue el muro. Es posible conocer en qué lugar estuvo situado si se sigue la doble línea de adoquines que cruzan parte de la ciudad. Entre los barrios berlineses de Kreuzberg y Friedrichshain, está el tramo más famoso del muro, la East Side Gallery. Tiene alrededor de 1,3 km de largo y en esta hay varias pinturas y grafitis referentes a acontecimientos de esa época.
La Puerta de Brandeburgo representa la unidad para los alemanes. En la época del Muro constituyó la separación entre Berlín de Oriente con el de Occidente. Fue construido por el arquitecto Carl Gotthard Langhan de 1788 a 1791.
El Checkpoint Charlie, en la Friedrichstrasse, también atrae las miradas. Fue el paso de Berlín Occidental a Berlín Oriental para las fuerzas armadas de aquella época. Fue el escenario de varios enfrentamientos convirtiéndose en el paso fronterizo más polémico.
La historia marcó una gran diferencia en el crecimiento y desarrollo entre lo que fue Alemania del Este de la del Oeste. Es así que Uwe Rada, en el portal web www.deutschland.de dice que “25 años después de la caída del Muro, Occidente y el Este ya no sirven como referencias de orientación. Ahora se divide entre elegante o sencillo, de moda o anticuado”. Sin embargo, el Este de Alemania ofrece diversos lugares muy atractivos para los viajeros.
Cerca de la frontera con República Checa está Dresde. A finales de la II Guerra Mundial gran parte de la ciudad fue destruida por un bombardeo de Estados Unidos y Gran Bretaña. Hoy es una ciudad renovada. Por ejemplo, el edificio de la ópera Semperoper es uno de sus principales atractivos turísticos. Fue levantado en 1977, tras haber sido destruido en 2 ocasiones. En el centro histórico está Zwinger, un complejo con un gran jardín, fuentes y edificios. Otros lugares famosos son: la Filarmónica, Dresdener Philharmonie, y la Iglesia Evangelische Frauenkirche. Dresde está localizado a orillas del río Elba, lo que lo convierte en un lugar plagado de bosques y jardines.
Weimar es la joya de la historia intelectual de Alemania. Ubicada también al Este, de esta ciudad salieron los famosos poetas Wolfgang von Goethe y Johann Christoph Friedrich Schiller, como también Herder, Wieland y Nietzsche, entre otros. Este sitio mantiene el estilo del siglo XIX. Por ejemplo, su librería Augusta Amalia es muy famosa porque allí hay libros de todos los siglos. A 10 km se encuentra abierto al público el campo de concentración Buckenwald de la época de los nazis.
Múnich está situada en el estado federado de Baviera, en el sureste de Alemania. Aunque fue totalmente destruida en la II Guerra Mundial, su rehabilitación muestra una mezcla de modernidad y tradición. Sus paisajes están llenos de montañas, lagos y lugares antiguos. Entre sus atractivos se encuentran la Cervecería Hofbräuhaus y el Palacio de Nymphenburg. A 130 km de esta ciudad se levanta el famoso castillo Neuschwanstein, construido por pedido de Luis II de Baviera, en 1869. En este lugar, los turistas podrán dar un vistazo a las extravagancias de esta edificación. Baviera es muy famosa por su celebración Oktoberfest, un festival muy tradicional alrededor del mundo cervecero.
La cocina bávara es una de las más reconocidas en Alemania. Infaltable es la salchicha blanca o Weisswurst. Adicionalmente, muchos de sus platos están basados en carnes asadas. En este estado también se encuentra Fuggerei, una ciudad dentro de la ciudad de Augsburgo. Jacobo Fugger ‘El Rico’ (1459-1525) construyó estas viviendas entre muros para personas pobres. En aquella época, la Iglesia aseguraba que los ricos tenían problemas para entrar al cielo. Bajo un económico arriendo, los habitantes debían rezar 2 veces al día por el alma de Jacobo.
Alemania tiene una mezcla de tradición y modernidad. Sus paisajes naturales e históricos la convierten en un referente turístico mundial.
TESTIMONIOS
“Nuestra historia es el principal atractivo”
Cuando el Muro de Berlín cayó, Johames Dering–Read se encontraba en Argentina. Él es de Memmingen, Alemania. Le dio mucha emoción observar lo que para él le parecía imposible. Creció considerando otro país a lo que estaba detrás del muro. Regresó en 1997 y vio una Alemania diferente: “Los cambios eran increíbles, realmente no se pude comparar”. Asegura que se ha hecho un gran esfuerzo para que las 2 partes se igualen: “El Oeste aún invierte mucho dinero para que el Este se desarrolle”. Para él, es importante no olvidar hechos como estos para que no se vuelvan a repetir, de ahí la importancia de conservar parte del muro. “Actualmente veo que los alemanes somos bastante unidos. El principal atractivo de nuestro país es su historia. Pero todo depende del turista. Hay museos como también lugares para acampar junto a lagos. Por ejemplo, la gente frecuenta los castillos por su historia y otros admiran la infraestructura y paisajes”.
Johames Dering – Read, 59 años
“Tenemos que abrirnos para recibir gente”
Michael Schmitt nació en Worms, una de las ciudades más antiguas de Alemania, conocida porque está atravesada por viñedos. Cuando cayó el Muro de Berlín viajó con sus padres y hermanos por todo el Este: “No habían calles ni electricidad. Era como otro mundo. Actualmente eso cambió al 100%. A pesar de los avances no se iguala al Oeste”. Asegura que con la reunificación el multiculturalismo creció rápidamente. Por ejemplo, la vida judía empezó otra vez, de ahí que un atractivo turístico sean las sinagogas. “Esta es nuestra historia, tenemos que ver qué viene en el futuro. Me parece que somos tradicionalistas, pero con la caída del Muro de Berlín vino la posibilidad de ser abiertos. Somos europeos, somos parte del mundo, ya no somos eurocentralistas. Considero que Alemania en los últimos 10 años entendió que no somos una sociedad cerrada, que tenemos que abrirnos para recibir gente. En mi familia hay argentinos, indues y rusos. Este es el futuro”.
Michael Schmitt, 24 años