Tres mujeres se suicidan en diferentes sectores de Quito
Silenciosamente Daysi Tabango, de 22 años, salió del dormitorio en donde descansaba con su esposo, se dirigió a la cocina y bebió de una botella de insecticida; segundos después se desplomó sobre el piso.
Al ver que no regresaba a la habitación, su esposo se levantó y la encontró convulsionando, la llevó al centro de salud en la parroquia de Nanegalito, noroccidente de Quito, pero murió al amanecer de ayer.
La causa sería una decepción amorosa, pues un día antes la mujer encontró entre las cosas de su esposo cartas de amor de otra mujer.
Celia María Inte, de 33 años, tomó la misma decisión; ella esperó que su conviviente saliera al mediodía a recoger a sus hijos de la escuela y en ese lapso aseguró la puerta de la vivienda y se colgó de una ventana. Cuando sus hijos y esposo llegaron y no pudieron entrar, uno de los menores se subió por la pared y al llegar a la ventana encontró el cuerpo sin vida de su madre. Familiares indicaron que sufría de fuertes depresiones.
En otro caso, suscitado el lunes pasado a las 09:00, Ayleen Valarezo, de 56 años, se lanzó de su vivienda ubicada en el cuarto piso de un edificio en el sector del “Bosque”, al norte de Quito.
Magdalena Rodríguez, una de sus vecinas, indicó que en días anteriores visitó a su amiga y la notó decaída, además de estar enferma de la columna. “La soledad de estar lejos de sus hijos que viven en Venezuela la afectó”, señaló Rodríguez.
Para el psicólogo Francisco Guevara, la depresión es una enfermedad que afecta más a las mujeres, quienes tienen el doble de probabilidades de padecer los síntomas.
La población más susceptible son viudas y en unión libre; por debajo están los casados y jóvenes. En el Hospital Eugenio Espejo la depresión es la principal causa de atención, le siguen los trastornos de ansiedad. Sin embargo, el galeno recalca que no todos los suicidas son depresivos.