Mató a 12 mujeres y las enterró a orillas del río Genesse
Shawcross fue condenado a 250 años de prisión
Quería imitar a Jack ‘El destripador’, mataba a mujeres prostitutas sin remordimiento alguno, le gustaba hacerlo. Los habitantes de la ciudad de Rochester, ubicada en el condado de Monroe, en el noroeste del estado de Nueva York, fueron testigos de una época de terror sembrado por el asesino serial Arthur John Shawcross.
Por la muerte de dos niños fue condenado a 25 años de reclusión, pero en 1972 salió en libertad para volver a cometer sus crímenes, esta vez en contra de jóvenes mujeres.
En uno de sus crímenes, que lo cometió en un valle cercano a Kontum, Shawcross le disparó a una mujer, pero como no murió en el instante, la ató a un árbol y le cortó el cuello, luego rebanó la carne de la pierna, desde el muslo hasta la rodilla y la asó en el fuego, cuando estaba cocinada se la comió.
Como una muchacha de las chozas lo vio, también la mató, la ató al mismo árbol y clavó su cabeza a un poste. Esto para no dejar testigos de su asesinato.
Violencia y acoso
Shawcross nació en junio de 1945, en Kittery, Maine, pero cuando era joven su familia se mudó a Watertown en Nueva York. Cuando estaba en quinto grado su coeficiente intelectual fue determinado como “bajo-normal”, entre 86 y 92.
Además, en su infancia sufrió acoso y violencia física. Se retiró de la escuela en 1960, y cuando tenía 21 años fue reclutado en el Ejército, en abril de 1967.
Durante esta época se divorció de su primera esposa y entregó los derechos de su hijo de 18 meses, a quien nunca volvió a ver.
En septiembre de 1968 concluyó su período de servicio en Vietnam y Shawcross fue asignado a Fort Sill, Oklahoma, como armero.
Nuevamente se casó y su esposa Linda Shawcross experimentó varios aspectos de su comportamiento perturbador, especialmente la predilección por el inicio de incendios; un psiquiatra del Ejército le dijo que Arthur obtenía “goce sexual” de dicho acto.
En la primavera de 1969, Arthur fue dado de baja del Ejército, y junto con su esposa se mudaron a Clayton, Nueva York, donde se separó de su mujer e inició su carrera delictiva; robos e incendios eran sus principales delitos, por los cuales recibió una condena de 5 años de servicios en Attica.
Posteriormente fue transferido a Auburn Correctional Facility, donde permaneció 22 meses, ya que salió con libertad condicional en octubre de 1971, y regresó a Watertown, allí se casó por tercera vez.
Sus primeros crímenes
En mayo de 1972, Shawcross abusó sexualmente y asesinó a Jack Owen Blake, de 10 años de edad, en un bosque. Cuatro meses después violó y asesinó a Karen Ann Hill, de 8 años de edad, que estaba de visita en Watertown con su madre.
El hombre fue arrestado y después confesó ambos asesinatos, así como el sitio donde dejó los cuerpos. Por estos delitos fue sentenciado a 25 años de prisión.
Después de 14 años y medio fue puesto en libertad condicional, en abril de 1987. A finales de junio de ese año se trasladó a Rochester, Nueva York.
Asesinatos de prostitutas
Desde marzo de 1988 hasta diciembre de 1989 Shawcross mató a 12 mujeres, 11 fueron en el condado de Monroe y una en Wayne.
Shawcross estrangulaba a sus víctimas y dejaba sus cuerpos a orillas del río Genesse o escondidas entre los matorrales.
Ante la falta de indicios para localizar al asesino, las prostitutas empiezan a colaborar con la policía para tratar de atraparlo, pero ninguna pista da resultado.
Las autoridades locales recurren al FBI, quienes establecen el perfil psicológico del asesino y envían al agente Gregg McCrary, quien ordena que se investigue los lugares donde se hallaron los cadáveres y los alrededores al río Genesse, intuyendo que el criminal podría volver al lugar para revivir la excitación de sus asesinatos.
El momento de capturarlo llegó el miércoles 3 de enero de 1998, cuando una patrulla en helicóptero divisó a un hombre de unos 40 años en un puente del lago Salmon, en Rochester, abajo se veía también el cadáver de una mujer.
Captura y juzgamiento
Dos agentes motorizados acudieron al puente y atraparon a Arthur Shawcross. Los policías no creen que su presencia a pocos metros del cuerpo sin vida de una mujer sea fruto de una coincidencia, y lo detienen.
Durante la etapa de juzgamiento, Shawcross trata de hacerse pasar por caníbal, de ser un demente víctima de abusos sexuales.
Decía que su madre lo sodomizó con el mango de la escoba rasgándole la pared anal, aunque no existen pruebas médicas que demuestren tal agresión.
Culpó a la sociedad al decir que le enseñaron a ser un criminal, enviándolo a Vietnam, donde aprendió a matar y a mutilar mujeres en la guerra.
Pero una serie de pruebas en su contra sirvieron para acusarlo. Una prostituta declaró en su contra, dijo haberlo visto acompañado de una de sus amigas de profesión unas horas antes de que la policía encontrara su cadáver y objetos de las víctimas en el interior de su automóvil, además de huellas de los neumáticos en el lugar del crimen.
Durante los interrogatorios, Shawcross afirmó que no sentía remordimiento alguno por los crímenes cometidos. Además, dijo que le “habría gustado encontrar un gran hoyo a fin de meter todos los cuerpos para que estuvieran todas juntas”.
También confesó que las mujeres lo conocían “y no esperaban eso de mí. Las atacaba rápidamente y las dejaba paralizadas”.
El hombre dijo que conocía todos los movimientos de la policía en la investigación de sus crímenes, ya que con frecuencia acudía al mismo restaurante que iban los policías y les preguntaba sobre los avances de la indagación.
Los agentes se quedaron sorprendidos cuando le preguntaron ¿qué debería hacer la policía con alguien como él? “Meterme en la cárcel toda la vida. Si me sueltan volveré a hacerlo”, contestó.
Condena
Al término del juicio, Arthur Shawcross fue condenado a 250 años de reclusión como culpable de homicidio en segundo grado por el asesinato de 10 mujeres, aunque fueron 12. Murió en noviembre de 2008. (I)