Pelea conyugal dejó al descubierto una serie de asesinatos
Pareja ocultó sus crímenes en un ‘matrimonio ideal’
Paul Bernardo y su esposa Karla Homolka aparentaban ser la pareja perfecta, al punto de que muchos los envidiaban, ya que tenían belleza, dinero, éxito y buenas amistades, sin embargo ocultaban una serie de agresiones sexuales, torturas, asesinatos.
Paul nació en Ontario, Canadá, el 27 de agosto de 1964, tuvo una infancia feliz hasta los 16 años, cuando descubrió que su padre era en realidad su padrastro y comenzó a odiar a todo el mundo.
Karla nació en la misma ciudad el 4 de mayo de 1970, era una chica modelo en comportamiento y rendimiento académico, pero cambió cuando hizo su vida junto a Paul.
En 1987, a sus 23 años, él conoció a Karla, en esa época con 17, por lo que esperó hasta 1989 para proponerle que sea su esposa.
Paul la deslumbró con regalos y cenas románticas con velas, y un anillo de diamantes de compromiso. Ella presumía a sus amigos con las fotografías que ambos se tomaban.
Paul y Karla se casaron en 1991, mediante una ceremonia parecida a la de los cuentos, con carruaje de caballos y con luna de miel en Hawái.
El matrimonio transcurría a la perfección, hasta que el 27 de diciembre de 1992 Paul agredió brutalmente a Karla.
Ella en principio dijo que los golpes eran consecuencia de un accidente automovilístico, pero sus amigos no le creyeron y llamaron a los padres, quienes la llevaron a un hospital.
En febrero de 1993 Karla fue dada de alta, entonces recibió la visita de la policía para que testifique lo que realmente le había sucedido; de repente se quebrantó y terminó confesando una lista de delitos cometidos por su marido que nadie habría imaginado.
Primero reveló que durante 13 días Kristen French, de 15 años, fue expuesta a violaciones y torturas hasta morir. Para entonces, los agentes ya investigaban el hecho, pues el cuerpo fue encontrado en un camino solitario 2 semanas después de su desaparición.
También dio detalles sobre Leslie Mahaffy, de 14 años, a quien 10 meses antes localizaron en el fondo de un lago, pero cortada en pedazos. “No quiero volver a ver otra imagen de los restos del cuerpo de mi hija en una bolsa. Cada vez que escucho la historia siento que mi hija muere de nuevo. Esto es una experiencia muy dolorosa y difícil”, dijo la madre de Leslie tras lo sucedido.
Karla detalló que en junio de 1991 Paul rondaba por el barrio de la adolescente y cuando coincidieron, él la amenazó con un cuchillo para meterla en su carro y llevársela.
Además, contó que mientras ella dormía, él grabó a Leslie desnuda, pero reveló que cuando se despertó se enojó, no por los actos depravados de su marido, sino porque había usado sus mejores copas de cristal para divertirse.
También admitió que su marido la indujo a tener sexo con la menor; al inicio no quería, pero luego accedió, todo quedó filmado.
El video mostró el comportamiento de Paul como un director de cine que deseaba que todo salga perfecto, pues, para él, la cinta no solo tenía un valor sexual sino estético y artístico, eso sí, a costa del sufrimiento de su inocente víctima.
Karla insinuó que había sido forzada a participar, pero luego se comprobó que lo hizo por su propia voluntad. Una muestra clara fue lo ocurrido con su hermana menor, Tammy, con quien Paul estaba obsesionado por su virginidad.
Él siempre le reprochaba a Karla por qué no fue ‘pura’ cuando se conocieron. Ante esto Karla le quiso ‘regalar’ la virginidad de su hermana, algo que planeó antes de su boda.
Karla drogó a Tammy con un somnífero que robó del centro veterinario donde trabajaba y mientras sus padres dormían, ambos grabaron la violación. La muchacha se ahogó en su propio vómito.
Fueron tan cuidadosos en limpiar la escena del crimen que oficialmente Tammy murió por tragarse sus propios fluidos tras consumir alcohol y drogas.
Una vez que este crimen quedó al descubierto, salió a la luz algo que Karla escribió: “Esta es la carta más dura que he tenido que escribir y probablemente me odiarán una vez que la lean. He guardado esto dentro de mí y ya no puedo mentirles más. Paul y yo somos responsables de la muerte de Tammy. Paul estaba enamorado de ella y la deseaba sexualmente. Él quiso que le ayudara (...) Estoy tan apenada. Pero nada de lo que diga puede traérnosla de nuevo a la vida. No espero que me perdonen, porque nunca me perdonaré”.
Algunos de los crímenes
El 4 de mayo de 1987 Paul cometió su primera violación a una mujer de 21 años, en frente de la casa de los padres de ella, después de seguirla hasta su hogar. Diez días después atacó a una mujer de 19 años en el patio trasero de la vivienda de ella.
El 16 de diciembre del mismo año consumó su tercer ultraje en contra de una niña de 15 años. Al día siguiente la policía de Toronto emitió una advertencia para las mujeres en Scarborough. El 23 del mismo mes atacó a su cuarta víctima, una joven de 17 años, a la que intimidó con un cuchillo.
El 18 de abril de 1988 violó a una muchacha de 17 años durante 45 minutos. El 30 de mayo del mismo año agredió a una chica de 18 años.
Distintas condenas
Paul Bernardo fue condenado a cadena perpetua, pero Karla Homolka solo a 12 años de reclusión bajo el argumento de que colaboró en las investigaciones y en la acusación en contra de su marido. Ambos fueron procesados por 12 asesinatos y 43 violaciones.
Esto generó molestias en la opinión pública, pues pese a que Karla siempre dijo que actuó obligada, el fiscal puso en evidencia que el disfrute que la mujer solía mostrar en las cintas de video incautadas no era producto de coacción, sino iniciativa propia.
Las familias afectadas lucharon para que destruyan las cintas y no se divulguen las torturas y violaciones a las que fueron sometidas las mujeres, sobre todo porque se publicó un libro en el que su autor describía escenas tal como sucedieron, con abundancia de detalles, lo que daba a entender que vio las grabaciones.
Finalmente estos videos fueron incinerados en presencia de las autoridades y unos 20 testigos.