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Henry y Ottis dejaron su huella asesina por las carreteras de EE.UU.

Henry y Ottis dejaron su huella asesina por las carreteras de EE.UU.
09 de agosto de 2013 - 00:00

Henry Lee Lucas era una figura pública en los 80. Aparecía constantemente en televisión, concedía entrevistas a decenas de medios, realizaba viajes pagados y muchas veces descansaba en hoteles de primera categoría. Este hombre se convirtió en una “celebridad” por haber matado a centenares de mujeres para después violarlas.

Lee Lucas, que solía andar maloliente, sin rasurar y a quien le faltaban dientes, era un vagabundo que entre los años 60 y principios de los 80 asesinó a alrededor de 300 personas, sin embargo, para adquirir  fama, confesó haber matado a más de 900 personas. En 1983, desde prisión, Henry Lee Lucas se declaraba culpable de todo crimen que escuchaba.

Para ese entonces, los departamentos de Policía de diferentes Estados se comunicaban con la comandancia de Texas para hablar con Henry, para tratar de resolver crímenes en sus jurisdicciones. A este paso, el hombre se adjudicó centenares de asesinatos que, según investigaciones posteriores realizadas por el FBI, no había realizado.

Asesinos, cuando matar se convirtió en placer

Un asesino en serie es alguien que quita la vida  a tres o más personas y cuya motivación se basa en la satisfacción psicológica que obtiene gracias al crimen cometido. Estos criminales responden a una serie de impulsos psicológicos,especialmente por ansias de poder y compulsión sexual.En alguna ocasión, un oficial del FBI le preguntó si había matado a personas en Guayana, a lo cual Henry respondió que sí y que el sitio queda cerca de Louisiana o Texas. Además, aseguró haber asesinado a una persona en Miami, cuando, según registros de uno de sus escasos trabajos, para aquel entonces se encontraba en Texas.

De igual forma, a Henry le fueron adjudicados más crímenes de los que cometió. No fueron más de 900 como él afirmó (según el FBI), pero esto no menosprecia en lo más mínimo la escalofriante suma de alrededor de 300 asesinatos comprobados. Aunque la mayoría de estos no los realizó solo, sino que tuvo en Ottis Toole un aliado perfecto.

Su madre, la primera víctima

Henry Lee Lucas nació el 23 de agosto de 1936, en Virginia. Su entorno familiar fue deprimente. Sus padres eran alcohólicos y sus 9 hermanos, en su mayoría, fueron regalados o vendidos. En un accidente, su padre, Anderson Lucas, quien estaba ebrio, cayó a los rieles del tren y sus piernas fueron destrozadas.

Su madre, Viola Lucas, quien era prostituta, obligaba a Henry y a su lisiado marido a observar cómo atendía a sus clientes.

En 1950, Anderson salió en su silla de ruedas al bosque y fue hallado muerto a consecuencia del extremo frío que soportó en la noche. Por aquellos días, Henry se encontró con una de sus hermanas mayores, quien lo violó. También fue abusado sexualmente por un homosexual que vivía cerca de su casa.

Uno de los clientes de su madre le enseñó a tener sexo con los animales, en especial gallinas. Luego de satisfacer sus bajos instintos, Henry degollaba las aves.

En su adolescencia ya había empezado a robar, por lo que estuvo en varias ocasiones en correccionales. A los 15 años huyó de casa. En 1960 regresó a su hogar. La relación con su madre no fue buena, solo se llevaban bien cuando bebían juntos.

Henry se sometió a la prueba del polígrafo y salió airoso. Confesó sus crímenes, pero no lo creían culpableEn una de esas noches de alcohol, Viola discutió con su hijo. él sacó una navaja y la mató. Semanas después del hecho, el hombre fue detenido y sentenciado a 5 años de prisión. Tras estar en la cárcel, Henry pasó una década en un sanatorio, ya que le fueron detectados problemas mentales.

Cuando salió, supuestamente reformado, Henry se fue a vivir con su hermana. Todo iba bien, a tal punto que  se casó con una mujer que tenía dos hijas. Luego de pocos meses, llegó el divorcio, debido a que el individuo violó a sus hijastras.

Henry empezó su viaje por Estados Unidos (tenía un auto viejo). Su modus operandi era el de entrar en confianza con las personas y luego asesinarlas. Su mayor satisfacción era la necrofilia (tener relaciones sexuales con cadáveres).

Luego de haber cometido sus fechorías, arrojaba los cuerpos a ríos o cañerías, otras veces los enterraba. Nunca dejaba algún tipo de huella y se movilizaba por el país, por lo que la Policía nunca enlazó los crímenes, sino hasta años después, cuando el propio Henry los confesó.

Sus lugares favoritos para recoger víctimas eran las paradas de buses, en las que conocía a personas que, en su mayoría, no tenían familia.

Unión de Henry y Ottis

En 1978, Lee Lucas pasaba por Jacksonville y conoció a Ottis Toole en un refugio para indigentes. Este último sintió una gran atracción por su nuevo amigo y entablaron una relación de pareja.

Ambos vagabundos viajaron a lo largo del país por  la autopista I-35, vía que recorre los Estados Unidos, asesinando a varias personas. Henry mataba y violaba a mujeres jóvenes de grandes senos, mientras que Ottis escogía a hombres, a los cuales también violaba, pero  -además- practicaba el canibalismo.

Ambos presentaban trastornos sicológicos que incidían en su comportamiento violento y cruelOtra de las pasiones de Ottis era la piromanía. En una ocasión, ambos prendieron fuego a la casa de un anciano y mientras el hombre pedía ayuda y su casa se quemaba, Ottis se masturbaba con gran satisfacción.

Tras un “productivo” viaje, esta pareja se fue a vivir a la casa de la familia de Ottis. Allí, Henry conoció a la sobrina de su compinche, la adolescente Frieda Powell, a quien llamaban Becky. La joven, de 15 años, le comentó a su tío que quería recorrer el país con él y este aceptó.

De inmediato empezó una relación sentimental entre Henry y Becky, lo que trajo consigo los celos de Ottis, quien poco tiempo después los abandonó. La nueva pareja también se dedicó a asesinar personas.

Ambos vivieron por varios meses en un campamento cristiano, en donde Henry, según expresó después, vivió el mejor tiempo de su vida. Pero más pudieron las ganas de matar que su estabilidad y el dúo se marchó. En la carretera, Becky le dijo a su novio que quería volver a casa, él se enfureció y la mató.

El crimen de su amada fue el que desencadenó la detención de Henry, quien cayó en prisión en 1983 y falleció en Texas, el 13 de marzo de 2001, a causa de una infección pulmonar. Había sido condenado a pena de muerte, pero se aplazó en varias ocasiones.

Ottis en solitario

Cuando abandonó a Henry y a su sobrina Becky, Ottis viajó a Miami, lugar en el que cometió uno de sus más famosos crímenes, el de Adam Walsh, hijo del presentador de televisión John Walsh, el 27 de julio de 1981.

El sujeto secuestró al niño y lo violó en reiteradas ocasiones, luego de lo cual se comió partes de su cuerpo y el resto lo echó a los cocodrilos. Las autoridades solo encontraron la cabeza del menor.

En 1984 apresaron a Ottis por otro asesinato y confesó haber matado también a Adam Walsh. Los investigadores no dieron credibilidad al individuo y no lo condenaron por ese crimen. Pero no restó la pena de muerte que recibió por sus anteriores delitos.

Con varios recursos, sus abogados lograron que la pena sea cadena perpetua. Ottis murió el 15 de septiembre de 1996 a causa de una cirrosis, en la cárcel de Florida. Recién en 2008, tras varias pruebas de ADN, la Policía certificó que Ottis había matado a Adam Walsh.

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