El día y las horas que jamás olvidará Orlando Ibarra
El 9 de septiembre de 2012 será inolvidable para Orlando: recobró la libertad tras huir de sus captores junto con un “enviado de Dios”, como él lo llama: un guerrillero del ELN al que conoció 8 días atrás, quien le confesó que quería desertar porque estaba cansado de estar 11 años en la lucha armada. El guerrillero, quien añoraba ver a su hija, le preguntó: “¿oiga hermano, quiere irse a su casa?”.
Orlando creyó que le estaba “mamando gallo” (mintiendo) o que lo quería llevar a algún sitio para matarlo. Pero la cosa era verdad, se alejaron del campamento rebelde a las 06:40. Botaron el equipaje pesado y caminaron durante tres horas.
A las 09:30 llegaron a un lugar donde cogía señal el celular que tenía el guerrillero y llamaron al número de teléfono en el que por radio, según oyó Orlando, se ofrecía a los guerrilleros a desertar o entregar a secuestrados. A las 13:30 fueron rescatados.