5-0. El Barça se divierte entre las dos Supercopas
El nuevo Barcelona de Cesc Fàbregas y el viejo, el de siempre, de Leo Messi, se tomaron un respiro entre ambas Supercopas para divertirse y divertir al público del Camp Nou con una goleada al Nápoles (5-0) en el trofeo Joan Gamper.
Fàbregas y Messi, uno en cada mitad, fueron las estrellas del conjunto azulgrana, que recuperó su fútbol coral para ensañarse con el tercer clasificado del calcio, el Nápoles, que solo dio una buena imagen en el cuarto de hora inicial.
Y eso que Mazzarri no se guardó nada pensando en el debut del próximo fin de semana en la Serie A ante el Génova y sacó en el Gamper un equipo prácticamente de gala.
Con Lavezzi y Cavani comandando la ofensiva napolitana, el conjunto italiano empezó presionando arriba y fue el que más peligro creó en los primeros compases del partido.
Dos remates Cavani -uno de ellos un golazo de chilena anulado por falta a Piqué a los diez minutos- pudieron adelantar al Nápoles en el arranque del choque. Pero el Barça, una mezcla de titulares, suplentes y jugadores del filial, poco a poco se fue asentando hasta que se hizo con el control total del choque.
La culpa la tuvo un Cesc especialmente inspirado en su puesta de largo en el Camp Nou y que se sintió el protagonista único de la velada ante la ausencia por lesión del otro fichaje de esta temporada, el chileno Alexis Sánchez.
Desde la posición de falso 9, la que ocupa habitualmente Messi, Cesc enlazó con Iniesta y Thiago por atrás y con Villa por delante con pasmosa naturalidad y, con su movilidad, sembró el caos en la defensa napolitana, acuciada por numeros problemas de coordinación que se agravaron por la lesión de Britos.
De Cesc fueron los dos primeros avisos locales -desde fuera del área-, el primer gol del partido, que firmó tras rematar a placer una gran asistencia de Adriano, y una magistral asistencia a Villa que el Guaje no materializó por poco.
El 2-0 lo puso Keita pasada la media hora, tras romper la línea defensiva visitante y cabecear uno de esos pases elevados que caen en el área con precisión milimétrica y que solo pueden inventar jugadores como Iniesta.
De nuevo Villa y Lavezzi, en sendos uno contra uno, pudieron mover una vez más el marcador en esta primer mitad, pero se encontraron con Pinto y De Sanctis, respectivamente.
Guardiola cambió a seis jugadores en el descanso y los nuevos revitalizaron aun más el juego del Barça, que empezó la segunda mitad estrellando tres balones en los postes.
Pedro, que había enviado dos disparos a la madera, se desquitó cabeceando a gol un nuevo rechazo del travesaño, esta vez tras un lanzamiento de falta de Messi, que había aparecido en el partido relevando a Cesc.
Cinco minuto después el propio Messi, que no distingue entre finales y amistosos, haría el cuarto al culminar una jugada coral made in Barça y a falta de un cuarto de hora, el 5-0 en jugada personal.
Para entonces, el Nápoles, que solo dispuso de una ocasión en todo el segundo tiempo -otro gol anulado a Cavani, esta vez, por claro fuera de juego- ya se había rendido al eterno rondo azulgrana y tenía a la mayoría de los titulares en la ducha.