Medidas sustitutivas, ¿Impunidad o garantía?
Roberto Cuero, Gobernador del Guayas
¿Cuál es su postura sobre la pregunta 2?
Estoy por el Sí y las razones son más que fundamentadas, si hablamos de la pregunta 2 que está vinculada con la que tiene que ver con la caducidad de la prisión preventiva. Es básicamente el tema de las medidas sustitutivas. Hay varias cifras que quiero mencionar: 4.600 caducidades, el 90% en Guayaquil, 6.400 medidas sustitutivas de 2008 a 2010, 60% por delitos graves. Eso significa que le dieron medidas sustitutivas a la gente que robó, violó, mató. ¿Qué es lo que pasaba? Como la Constitución dice que se le puede dar medidas sustitutivas a cualquiera, lo que hacemos con esta pregunta es reglamentar.
Le daban medidas sustitutivas a cualquiera. A una persona que había estado 5, 6, 8, 10, 15 veces detenida le daban medidas sustitutivas. ¿Usted cree que esa persona se iba a presentar nuevamente a juicio? Por supuesto que no.
Esta pregunta tiene dos partes. Primero, garantizar que las personas puedan defenderse en libertad, si es que el caso lo amerita, no como ha pasado regularmente, que le dan medidas sustitutivas a violadores, delincuentes peligrosos y contumaces. Eso es lo que queremos cambiar.
Si gana el Sí, ¿cómo ayudaría esto a mejorar la seguridad ciudadana?
Notablemente. Aquí tenemos un marco de reformas constitucionales y de consulta popular que nos permitirá articular una serie de actores y mejorar los niveles de seguridad. Usted quiere hablar de la pregunta 2. Yo le diría que todas están concatenadas, desde la 1 hasta la 5 del referendo, porque si hablamos del Consejo de la Judicatura, pues ese es el ente que tiene que velar para que los jueces cumplan con su trabajo, respetando la independencia de funciones. Pero debe haber una articulación entre todas las partes. ¿En qué cabeza cabe que no se debe conocer como van los procesos, que no debe haber coordinación para la administración, como sucede en los países de España, Chile y México? Lo que buscamos es que haya articulación. Aquí tenemos el Consejo de Seguridad Ciudadana, viene el fiscal provincial, el delegado del Consejo de la Judicatura, obviamente no viene la jueza principal que es la presidenta de la Corte de Justicia de Guayaquil, porque cada vez que venían todos los dardos apuntaban hacia esa línea, viene la Policía, Fuerzas Armadas, Comisión de Tránsito, directores de las cárceles y tenemos coordinación, nos enteramos de cómo van las cosas, por ejemplo, algo tan sencillo como que un reo peligroso vaya a una audiencia; cosas tan sencillas como permitir una audiencia en que un juez y fiscal tienen que verse. Pero lamentablemente el fiscal tiene 4 ó 5 audiencias a la misma hora, probablemente el juez también, por lo que no pueden asistir a todas, desde luego. Tiene que haber un sistema informático que les permita saber cómo están sus tiempos, su agenda, los casos anteriores y, por supuesto, haya vialidad para que ellos puedan reunirse. Ahí mejorará notablemente la justicia.
¿Cuál es la situación actual? ¿Qué es lo que ocurre para que se plantee esta pregunta?
La situación actual es clara. Los jueces actúan con discrecionalidad total, y les dan medidas sustitutivas a reos peligrosos y a delincuentes contumaces. Aplican estas medidas sustitutivas en delitos graves.
¿Cuáles son esas medidas sustitutivas?
Por ejemplo que se presente cada 15 días un delincuente peligroso a un juzgado, y este no se presenta. Está el caso del asalto a Gilmar Gutiérrez.
¿La persona que lo asaltó tenía medida sustitutiva?
Tenía medida sustitutiva. Tenía que presentarse cada 15 días ante un juez y estaba delinquiendo. Eso es lo que ha pasado. Es impresionante el nivel de discreción, porque el Consejo de la Judicatura no hace el trabajo que debe hacer. Tenemos un juez que ya se ha hecho famoso, el juez Ney Díaz. En marzo el CJ se reunió para analizar el caso de este juez. El pleno conoce una acusación presentada por una usuaria del sistema y el CJ resuelve que la falta que ha incumplido el juez Díaz amerita la sanción de destitución. Sin embargo, la sesión no cuenta con el número de vocales asistentes que permita tomar esa decisión, ya que se requiere un mínimo de 7 votos para aplicar la suspensión sin goce de remuneración y destitución, y tomando en cuenta que el presente sumario administrativo se encuentra por prescribir, consecuentemente, ellos aceptan que este juez ha cometido un delito que amerita la destitución, sin embargo resuelven “imponer la sanción de multa del 10% de remuneración mensual”.
La oposición asegura que de aprobarse esa pregunta, se repletarían las cárceles...
Eso es una apreciación muy particular de la gente que está abogando por el No. No es contundente. Sin embargo, lo que estamos haciendo como Gobierno es el mejoramiento de las cárceles, dotarlas de pabellones, que antes eran básicamente centros de perfeccionamiento del delito; las estamos mejorando notablemente. Eso no se hace en pocos días. Revisemos lo que ha pasado en Chile, a ellos les tomó diez años reformar todo esto y efectivamente hubo un incremento de presos porque obviamente ya no hay las “kikuyadas” que hacían los jueces para sacar a los presos. Sin embargo, estamos previniendo eso también.
¿Cómo evitar que las personas inocentes vayan a la cárcel y caer en otro extremo?
Ese es un buen punto porque la oposición, principalmente la derecha radical, encabezada por el señor Jaime Nebot, aquí en Guayaquil -porque él es un líder local-, y el señor Hurtado y algunos ex compañeros como este señor Acosta y Ruptura de los 25, hablan de que tiene que eliminarse esta pregunta porque no está resolviendo nada, porque ellos aspiran a que todo el mundo debe ser detenido. Esta pregunta garantiza que las personas se puedan defender. Debe haber casos específicos en los que se puedan aplicar medidas sustitutivas... dicho sea de paso, entre broma y en serio, el abogado Nebot, con un cinismo terrible, sale diciendo que él solo va a votar sí en la pregunta número 7, que elimina los juegos de azar, creyendo quizás que los ciudadanos nos vamos a olvidar de que él impulsó un casino en el Malecón, pero lo paró la ciudadanía y él tuvo que echarse para atrás.