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El Telégrafo

En colombia hay más de 100 familias damnificadas por las inundaciones

Más de 30.000 personas son evacuadas en Antofagasta luego de las lluvias

Más de 30.000 personas son evacuadas en Antofagasta luego de las lluvias
27 de marzo de 2015 - 00:00

Pérdida de vidas y miles de damnificados se han registrado en al menos 6 países de Sudamérica como consecuencia de los deslaves e inundaciones provocados por el fuerte temporal invernal que afecta hace 2 meses a la región.

Uno de los más afectados es Chile, donde los techos de las casas fueron el refugio de decenas de familias en el Chañaral, a 167 kilómetros de Copiapó, en la región de Atacama. En esos espacios improvisados pasaron la noche y hasta ayer las autoridades intentaban rescatarlas. Lo ocurrido en Chañaral se extendió a una amplia zona del norte de Chile, afectada por inundaciones muy poco habituales.

Hasta ayer se confirmó la muerte de 7 personas, mientras más de 19 permanecían desaparecidas.

El mal tiempo obligó al gobierno de Michelle Bachelet a declarar estado de excepción en la III Región y en la ciudad de Antofagasta, una de las más importantes del norte. El desborde descontrolado de los ríos, que alcanzó el centro de ciudades como Copiapó, y aluviones en las quebradas en lugares como Diego de Almagro empujaron a la mandataria y al ministro del Interior, Rodrigo Peñailillo, a trasladarse a la zona del desastre. En Taltal se decretó alerta roja y lo mismo ocurría en decenas de pueblos norteños.

La crecida de los caudales de los ríos se llevó casas completas y la destrucción ha generado un fuerte impacto entre los chilenos. Solo en Antofagasta, más de 30.000 personas debían ser evacuadas. Todas las autoridades norteñas pidieron despejar las quebradas, limpiar las calles y agilizar la entrega de alimentos y agua potable. Pero las labores, en las que están implicadas las Fuerzas Armadas, se hacían lentas.

El suceso natural, que sería el mayor desde 1972, no ha estado exento de controversia porque supuestamente las autoridades no alertaron a tiempo sobre la magnitud de las lluvias, mientras que la Oficina Nacional de Emergencias (Onemi), que se suponía debía haber sido reestructurada tras su desastrosa reacción luego del terremoto y tsunami de febrero de 2010, no daba muestras de eficiencia.

Las lluvias se dejaron caer con toda su fuerza en el norte de Chile en medio de una profunda sequía que se extiende hasta el centro y sur de Chile. Sin embargo, los expertos coinciden en que el fenómeno climático no aliviará la sequía, debido a que el sedimento daña los pozos y los embalses. Además, pudre la uva tardía.

El Gobierno salió en defensa de las críticas por su supuesta lenta reacción. “Si no hubiéramos previsto lo que iba a pasar no tendríamos todas las medidas que tenemos desplegadas”, dijo el subsecretario del Interior, Mahmud Aleuy. El alcalde de Chañaral hizo un alegato muy vehemente, porque no tenía un helicóptero y se supone que había uno operando, estas son cosas que pasan en medio de la emergencia”, agregó.

Al mismo tiempo, Bachelet reconoció que “se está viviendo una situación sumamente difícil” y que “el diagnóstico previo era que aquí había una sequía enorme, entonces una lluvia no necesariamente era una catástrofe. Prever es muy difícil, porque no se sabía”.

La situación de Chile se repite en otros países, aunque con menor intensidad.

En Perú, el 50% de la infraestructura eléctrica y de agua potable ha tenido daños en Chosica, en Lima, por el mal tiempo y las lluvias. Arequipa aún siente los estragos del 8 de febrero cuando se reportaron: 7 muertos, 25 heridos y más de 250 familias afectadas por los deslaves.

El Centro de Operaciones de Emergencia Nacional (COEN) reportó que al momento hay 9 muertos y 205 familias  siguen damnificadas. Actualmente el Gobierno toma medidas para evitar que la tragedia se repita en este temporal.  

En Colombia reportaron a más de 100 familias damnificadas por las lluvias y el granizo que cayó a inicios de semana en la capital; a la par, en el oriente en  Marinilla, más de 30 viviendas quedaron inundadas.

Paraguay es otro país que toma medidas preventivas, la Secretaría de Emergencia Nacional (SEN) está lista para atender a las familias que resulten afectadas en las lluvias que llegarían en los próximos días.

Desde inicio de mes, el Instituto Uruguayo de Meteorología puso a 6 departamentos bajo nivel naranja por tormentas intensas: Artigas, Salto, Paysandú, Río Negro, Tacuarembó y Rivera, mientras que el resto del país está bajo riesgo amarillo.

En tanto, Argentina registró a inicios de mes más de 5.000 evacuados. La situación más crítica se registró en Córdoba, donde el gobernador José Manuel De la Sota aseguró que fue el peor desastre en 50 años; las otras zonas afectadas son Santa Fe, Santiago del Estero, San Luis y Catamarca.

Con unos 2.200 evacuados en toda la provincia (800 de Idiazábal), De la Sota gestiona ayuda financiera de la nación en una reunión con el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, para hacer frente a la emergencia.

Brasil, el país más grande de la región, también mantiene en alerta a dos estados amazónicos: Acre y Amazonas, y ha declarado a la zona del catástrofe como ‘calamidad pública’. En Río Grande do Sul, en Acre se han reportado 20.233 damnificados tras el desbordamiento del río. El Instituto Nacional de Meteorología brasileño (Inmet) prevé que las lluvias continuarán llegando en Porto Alegre.

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