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Ecuador, 25 de Diciembre de 2024
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El Telégrafo

Hasta peleas de perros afirman al machismo

La organización y participación en  peleas de perros en  Ecuador está prohibida, sin embargo no se ha determinado una regulación que imponga  multas o sanciones contra los promotores o participantes de estos espectáculos ilegales, salvo el retiro y muerte del animal entrenado para destruir a otro.

Según consta  en el art. 6,  literal j, del acuerdo interministerial 116, entre la cartera de Salud y de Agricultura, está prohibido “entrenar, organizar o promover peleas entre perros o con otros animales y/o apostar en ellas”. En el art. 21 literal d, dice que se aplicará la eutanasia “en perros de pelea recuperados de esta actividad no permitida”.

Doubosky de los Márquez,  presidente de la Asociación Ecuatoriana de Registros Caninos (Aercan), aseguró que, como abogado, no ha encontrado en la ley ecuatoriana la existencia de una prohibición de las peleas de perros o una regulación legal, excepto lo que consta en el acuerdo 116.

Beatriz León, concejal alterna de Ruptura de los 25, precisó que en la propuesta de ordenanza municipal para la tenencia de los animales en la capital, se establece multas y sanciones a quienes participen.

“Las peleas de perros están prohibidas antes de la ordenanza, cuando son denunciadas, tiene que ir  el Comisario y la Policía. En esta ordenanza, la diferencia, es que se cataloga con una sanción grave. La multa es de unos 2.500 dólares”.

La ordenanza, que ayer fue analizada en segundo debate en el Concejo de Quito, dice en su Art. 59, que las infracciones muy graves serán sancionadas con una multa de 10 remuneraciones básicas unificadas, se rescata  a  los animales  y al infractor le retiran definitivamente el permiso de tenencia de cualquier animal de compañía, a más de cubrir los gastos médicos y la rehabilitación del animal.

Delos Máquez está de acuerdo con el planteamiento de la pregunta 8, de la Consulta Popular. “Mi  criterio particular es que se debe votar sí. En el caso de los toros, el objetivo final, no debe ser la muerte. En el caso de los perros, que es ilegal,  menos. Ni siquiera debe haber peleas de perros, aun sin muerte al final”.
León  califica al texto de la pregunta 8 como “tramposa”, pues dice “usted no va a ver lo que le matan, pero igual le van a matar”.

Si bien es cierto que las corridas de toros o peleas de gallos no son ilegales, como son las de perros,  es necesario un cambio de estos hábitos culturales perversos, dice León, pues “el no ver como se le mata al toro, por ejemplo, no cambia el hecho de que ha sido `maltratado´ (...) si está mal herido, nadie va a ver como lo matan”.

El sociólogo Carlos Celi,  manifestó que así como los rituales, culturales son construidos, también tienen una fecha de caducidad. 

Los toros y los gallos “reflejan un montón de prejuicios, complejos y tabúes coloniales. Los gallos, aunque tengan un perfil más popular, es una relación de secularización de la pelea entre humanos, por tanto,  es un ritual para calmar los ánimos. Los toros reflejan la España castiza”.

En estas expresiones culturales, que buscan afirmar al “ser macho”, que muera o no el animal, no cambiará en nada el sentido social, pues “se inventarán otros, como la pelea, tipo, vale todo; peleas de perros a las que nadie esta persiguiendo; carreras o piques de autos tuneados...”.

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