Diplomáticos posesionarán al Ecuador en el exterior
¿Cuáles son los cambios significativos de los últimos cinco años en la política exterior del Ecuador?
A partir de la promulgación de la Constitución de Montecristi (2008) asumió un nuevo rol: fortaleció el papel integrador de Ecuador a nivel de Latinoamérica, con la consolidación de organismos regionales, como Unasur, ALBA y Celac, acción a la cual no se ponía énfasis en las décadas anteriores.
La anterior política exterior tenía como interés mejorar las relaciones con Estados Unidos y Europa. No se veían otras áreas del mundo, ahora la política exterior amplía su campo de acción a bloques regionales y a países (Asia, Australia, África) donde antes no había relación.
Otro punto: Ecuador prioriza las relaciones con el mundo, ya no solo con dos o tres países, y fortalece distintos polos, entre ellos: los países árabes, Asia y África. La idea es seguir ampliando la política exterior y diversificando mercados.
¿Qué caracteriza al nuevo diplomático ecuatoriano?
La idea del nuevo diplomático tiene varias aristas.
Uno: debe estar más vinculado con la comunidad ecuatoriana al punto de conocer con exactitud qué es lo que está viviendo el ecuatoriano en el exterior.
Dos: relacionarse y trabajar para evitar que los compatriotas tengan problemas en el exterior, en sí, defender sus derechos.
Tres: el nuevo diplomático debe ser más operativo y tener mejor comunicación con gobiernos extranjeros, con las organizaciones sociales, de comercio, no puede ser un funcionario de cocteles y asistente de eventos.
Cuarto: ser operativo para conseguir cosas importantes para el país, además de convertirse en un promotor cultural, turístico y comercial del Ecuador.
¿Qué importancia tiene la profesionalización de la carrera diplomática para el país?
La profesionalización es fundamental para cumplir con la política exterior y contar con un nuevo diplomático.
El desorden antes era evidente, un funcionario podía pasar por China, ir con su misión a un país de Sudamérica y regresar a Ecuador, sin contar con un objetivo específico de sus labores.
Con la nueva estructura que desarrolló la cancillería se busca la profesionalización por regiones y por áreas temáticas, como derechos humanos, cultura, comercio, soberanía, negociaciones...
Los diplomáticos deben contar con conocimiento general de lo que es una misión, de la geopolítica mundial, pero debe ser más especializado por área geográfica o por área temática.
¿Por qué se creó un nuevo sistema de capacitación a través del IAEN y se descartó el trabajo que realizaba la Academia Diplomática?
El problema era que la Academia Diplomática ya no tenía un funcionamiento adecuado, ya no estaba formando al personal que ingresaba al servicio exterior, al punto que a los estudiantes se los enviaba a otras universidades, estaba sin planta de profesores. Se encontraba en una situación calamitosa. Creamos la Escuela de Relaciones Interiores José Peralta, que es una facultad de las relaciones internacionales, adscrita al IAEN y marca los lineamientos de las relaciones internacionales.
¿Cuánto se logró democratizar el acceso a la carrera diplomática (afros, indígenas...)?
Se inició la democratización, pero falta mucho. Primero: marcar una cultura diferente a nivel de la cancillería y vencer resistencias, incluso jurídicas, que hay que irlas trabajando para que puedan ingresar más personas, no solo a nivel étnico, sino también regional. Se tenía una cancillería que prácticamente era quiteña y de determinado estrato, muy pocos provenían de la Costa o de la Amazonía.
¿Cuáles son los nuevos desafíos del país en temas de política exterior?
Lo fundamental es consolidar la integración de Unasur. Nosotros logramos que se ratificara el tratado constitutivo, iniciar la construcción de la sede y establecer la secretaría regional. Ahora, en términos de política exterior, el desafío es lograr la consolidación de un bloque en el sentido de que los países del sur se conviertan en un polo que se tome en cuenta por las distintas regiones y por los países desarrollados.
En el ámbito comercial es fundamental un comercio a mayor nivel interregional. A nivel de América del Sur, el proyecto está consolidándose. Al momento solamente el 15 por ciento comercializa en la región. Se puede comercializar de una forma más equitativa.