Anilina, agua y espuma no faltaron en el carnaval del Valle del Chota (Galería)
Pasado el mediodía del lunes (tercer día del feriado de carnaval), un centenar de personas se apostaron en la planada de Coangue, junto al río, en el Valle del Chota.
A esa hora empezaron a encenderse los altavoces de la tarima dispuesta en el pueblo, la cual fue instalada desde el día sábado con el auspicio del Municipio de Ibarra y el Gobierno provincial de Imbabura. Esta tarde, los grupos Ochún, Melanina, Son del Valle, Curaré, Obsesión, Percusión latina, Los Cinco elementos y el salsero Paolo Plaza tienen previsto realizar su presentación para los asistentes que, en su mayoría, llegaban de las poblaciones aledañas al valle imbabureño.
La cayambeña Laura León es una comerciante que aprovecha las jornadas festivas del año para el comercio informal gracias al cual mantiene a su familia. En Coangue, los vacacionistas recurrentes la conocen porque ha ido durante los 4 últimos años a vender baldes con que los bañistas juegan carnaval a $ 1,50, cariocas y anilina (colorante vegetal), a $1 cada una.
La comerciante va a este atractivo turístico con una vestimenta que la protege del calor y lleva a su par de hijos “para que aprendan a trabajar y ganarse unos centavos”. Mientras los asistentes al concierto disfrutan de un baño en la orilla del río, la mujer les dice que no pueden mojarla, porque es ella quien les vende los baldes para que jueguen. Cuenta que este año, la oferta de otras festividades en esta fecha, le han quitado asistentes al pueblo de coangos, al norte de Imbabura.
La suma de sus ganancias ayer llegó a $ 700, mientras que en años pasados, durante una jornada similar, llegó a obtener $ 2 mil en un solo día por la venta de baldes y cariocas. “Quizá la gente prefirió irse a Ambato, a esos lugares donde se promociona más el carnaval”, cuenta mientras sigue en su labor, a un par de horas de su hogar, en Cayambe, donde también suele aprovechar las fiestas de San Pedro y San Pablo para el comercio.
A 5 minutos de Coangue, antes de llegar a otro enclave carnavalero del valle que se caracteriza por la población negra, El Juncal, está la hostería cuyo nombre toma en cuenta el clima seco del lugar, Oasis, en la que la asistencia al balneario no supera al centenar de personas que se apostaron en la ribera del río.
En esa hostería, el administrador Rubén Velalcázar cuenta, sentado en su oficina que, con respecto al carnaval de 2014, un 50% de las visitas turísticas disminuyó este año, cosa que atribuye a una sobrepromoción de los lugares aledaños, a los que se anunció que “vendrían 200 mil personas” durante este feriado, cosa que considera exagerada y que “espantó a la gente” hacia otros lugares porque la capacidad hotelera de la provincia de Imbabura oferta 8 mil camas.
El acceso a los balnearios del valle que divide a las provincias de Imbabura y Carchi es gratuito mientras que el precio de la entrada a la hostería Oasis varía, desde los $4, para personas de la tercera edad, $6, para niños, hasta $8 para adultos. El hospedaje cuesta $62, incluye el uso total de las instalaciones, desayuno, almuerzo y cena.