Las festividades navideñas y de fin de año generaron que el número de compradores aumente durante la última quincena de diciembre.

Los centros comerciales de la ciudad, así como el sector de la bahía fueron los lugares que aglutinaron miles de compradores.

La tradición de dar regalos a los niños en Navidad, sumado al deseo de lucir ropa nueva el 31 de diciembre para esperar el nuevo año hacen que las personas salgan en busca de diversos artículos.

Sara Villegas, vendedora de vestidos de la Bahía, asegura que diciembre es el mes que más esperan los comerciantes porque las ventas se incrementan en un 100%.

“En el centro comercial Polaris, (bahía) los compradores llenaron los pasillos. El 24 de diciembre se trabajó hasta cerca de las 22:00, pues algunas personas esperan remates y otras acuden tarde porque no tuvieron antes dinero”.

Leticia Morán, de 37 años de edad, quien el 24 de diciembre hacía cola en un centro comercial, se quejaba de la atención. “Creo que en esta época se debe incrementar el número de vendedores”, dijo. Pero además de las tradicionales compras están también las tradiciones.

Una de las más conocidas es la quema de monigotes de papel que representan el año que se va, sin dejar de lado las 12 uvas, el dar la vuelta a la manzana con maletas para cumplir el sueño de viajar o el baño con champaña. Y lo que está más vinculado con el movimiento comercial es el recibimiento del año con ropa nueva.

Yolanda Flores, secretaria ejecutiva de 29 años, asegura que nadie exige ponerse ropa nueva para fin de año, pero que ya es parte de la  tradición en el país. “No sé si en otros lugares sea costumbre vestirse con ropa nueva, pero aquí es lo que más anhelamos adultos y niños. Es una costumbre de muchos años”.