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Los académicos explican que es una forma de integrarse a los grupos

La tecnología impone los códigos de los jóvenes

La tecnología impone los códigos de los jóvenes
20 de julio de 2014 - 00:00 - Giselle Alcívar y Cristina Pino, Universidad Laica Vicente Rocafuerte

En Guayaquil, al igual que en otras ciudades, el uso de términos comunicacionales que permiten la interacción de la sociedad se han modificado con el transcurso de los años.

El formalismo ha sido reemplazado por el coloquialismo. En la actualidad se lee y escucha en cualquier nivel socioeconómico, y aunque es frecuente en el lenguaje oral, su uso se torna habitual en el escrito con las nuevas tecnologías de la comunicación.

Hay palabras que para determinados grupos sociales son ofensivas o incomprensibles; en cambio, para los adolescentes son una forma de expresión que permite mostrar agrado o simpatía.

Desde las décades del 50, 60 o 70 las palabras han cambiado su significado. Por ejemplo: antes hambriento era un fantasma; ahora es una expresión de sentir la necesidad de alimentarse. En lugar de decir hambre, se usa ‘leona’.

Esto se evidenció en una encuesta a un grupo de estudiantes del Colegio Americano de Guayaquil, cuyas edades van de 12 a 14 años. La  mayor parte de ellos (80%) afirmó que utilizaba términos coloquiales (con sus amigos) y una minoría (20%) un lenguaje formal.

El grupo de mayor porcentaje afirmó que les parecía chistoso comunicarse de esta manera; en cambio la minoría definió esa nueva forma de interacción como vulgar y grosera.

En el sondeo se hizo una pregunta abierta: ¿Qué palabras usa habitualmente en una conversación con amigos/as? La respuesta fue: Loca/o, brother, hijuefruta, animal, bestia salvaje, oe, oli, visiman, pana, cabeza de moco, grilla, holiwis, mi pex (más que mejor amigo), mi son (más que un amigo), mi llave, yolo (ser único), chévere, cojudo, no chingues, Tom (te odio mucho), Tqm (te quiero mucho), entre otros.

Cristina, estudiante de un colegio del sur de la ciudad, frecuentemente utiliza algunos de esos términos:  DTB (Dios te bendiga) y Fb (Facebook). No obstante, recalcó que no los usa con todas las personas que la rodean, sino con chicas/os de su edad que comprenden el contexto.

La joven comentó que sus amigos generalmente usan ese tipo de términos para abreviar palabras y escribir más rápido. Pero aceptó que regularmente esto ocasiona que cometan fallas ortográficas debido a la costumbre.

Para el sociólogo Robert Párraga, comparar a los conocidos con frutas o animales no es  nuevo. “Se asocian características de esos elementos con rasgos de las personas”. No obstante, cree que los términos nuevos son los asociados con la tecnología: chat, chatear, whatsapp, facebook, google, googlear, whatsappear, facebookear, selfie, entre otros.

Párraga explicó que estos nuevos códigos de comunicación surgen debido a lo dinámica del lenguaje. “No es estático y está en permanente construcción. Los jóvenes buscan sus propias palabras para marcar la diferencias con los adultos y tratar de pertenecer a ciertos grupos”.

De acuerdo con la psicóloga Zenaida Alcívar, en todas las épocas los adolescentes han tratado de poner su sello personal a cada generación. “Como su nombre lo indica, adolecen de una verdadera identidad, especialmente cuando hay desorganización de los hogares y ningún modelo de padre”.  

Alcívar coincide en que en todas las épocas la juventud crea códigos de comunicación, en este caso, la variación de la forma de escribir y comunicarse.

Entre los problemas que encuentra están que el grupo etario desconoce las reglas semánticas y ortográficas, se dañan las formas de expresión y se acostumbran a una forma poco ortodoxa de usar el idioma. “Demuestran así la poca cultura y el pobre uso del lenguaje, situación que hacen que la brecha generacional sea más evidente”.

Por su parte, la académica Mónica Llanos observó que por la distorsión del idioma, tanto en la parte lingüística como comunicativa, a los adolescentes les cuesta expresarse en otros contextos y con personas de diferentes edades.

Alcívar planteó a los usuarios tomar conciencia sobre la importancia de escribir bien y de lo fabuloso que sería usar las redes sociales para mejorar el idioma.    

Llanos, de su lado, afirmó que la solución sería pautar “reglas claras, conciencia por parte de los padres y colaboración de los representante con los centros educativos”.

DATOS

En un seminario denominado ‘El español de los jóvenes’, en el que participaron representantes de la Real Academia de la Lengua Española, se determinó que las principales variedades lingüísticas que emplean los jóvenes son dos: la jerga propia o juvenil (surge entre iguales, en situaciones de comunicación no formales y, sobre todo, es oral) y la lengua estándar (los jóvenes la utilizan para comunicarse con quienes no comparten ese lenguaje, fuera de sus ambientes cotidianos).

Asimismo, se observó que la jerga es propia de la edad y no de la cultura, porque los hablantes abandonan su lenguaje característico a medida que maduran.

En cuanto a cambios semánticos se trata de emplear palabras con significados diferentes al original mediante la utilización de recursos como la metáfora. 

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