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El Telégrafo
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Los viajeros llegan desde diferentes países del mundo

Montañita mantiene su atractivo para los jóvenes

Un grupo de turistas argentinos, chilenos y uruguayos visitó el balneario la primera semana de marzo.
Un grupo de turistas argentinos, chilenos y uruguayos visitó el balneario la primera semana de marzo.
Foto: Cortesía/UIDE
26 de marzo de 2016 - 00:00 - Daniel Avilés L. Estudiante de la ULVR

A Montañita los jóvenes mochileros llegan por docenas. Arriban desde diferentes países. El objetivo de varios de ellos es el surf. El lugar es conocido a nivel internacional por sus grandes olas; y eso a un surfista profesional le atrae, dice Marcelo Spinelli, un joven argentino de 25 años que llegó la primera semana de marzo.

Cuando arribó al país en esos días estaba en auge toda la información sobre la muerte de sus coterráneas. “Son cosas que pasan en todas partes del mundo. No me puedo sugestionar por un hecho que, más allá de ser lamentable, le puede ocurrir a cualquier ser humano”.

Spinelli agrega que el sitio es conocido por su gente alegre, su ambiente acogedor, lleno de diversión y exquisita gastronomía.

Ese opinión la comparte José Romo, un chileno de 30 años que argumenta que el clima y la calidez de sus habitantes hacen que el sitio sea acogedor. “Yo soy surfista y vine de paseo porque el lugar es reconocido por la diversión y las excelentes olas que hay”.

“Leí lo que ocurrió con las chicas argentinas, fue algo muy lamentable, pero son accidentes que pasan en cualquier sitio. Mi familia, en Iquique, se opuso a que viniera, pero le dije que ese tipo de cosas ocurren. No porque cruzas la calle y te atropellan eso le va a ocurrir al resto de peatones. Aquí estoy con 7 amigos para disfrutar de la playa, del ambiente y la hospitalidad”.

Lorena Cercado, una comerciante de Montañita, asegura que quienes llegan al sitio son 70% mochileros. “Se quedan por 3 días o máximo una semana. En lo personal, creo que son buenos jóvenes. Hacen grupos de amigos y se divierten, cantan y bailan”.

En Montañita los habitantes saben que los turistas mochileros suelen trabajar. Venden artesanías de sus países, reúnen algo de dinero y siguen con sus recorridos a Colombia o Perú.

Calidez y hospitalidad

Si alguien habla de Montañita, sin duda mencionará su hospitalidad. En las calles es muy fácil encontrar viajeros alemanes, chilenos, argentinos, franceses, colombianos, israelitas que han hecho de esta su segunda casa.

En temporada playera (de enero a mayo) el número de visitantes es mucho mayor que el resto del año.

Aunque no le gusta hablar de menos turistas, Gabriela Rosales, de 27 años y propietaria de un kiosco de bebidas, dice que desde hace un año el número de visitantes se redujo. No lo relaciona con lo ocurrido a las turistas argentinas a finales de febrero, sino con la situación económica en los países vecinos.

En Colombia, Perú y Argentina devaluaron su moneda, por eso cuando deben pagar 3 dólares por un coctel al viajero le parece caro.

Rosales añade que, pese a lo ocurrido con las turistas argentinas, el número de visitantes no ha decaído, sin embargo sí se notan cambios en el poblado. “Ahora hay más controles de parte de la Policía y eso es algo que la comuna agradece a las autoridades”.

“Este caso tiene conmovida a toda la comuna y esperamos que todo se aclare. Yo jamás voy a justificar un crimen, pero son cosas que ocurren en cualquier lugar del mundo”.

Facundo, un argentino de 22 años opina que le parecen bien las rondas policiales, pero que deben tomar en cuenta que Montañita es una zona liberal. “Aquí se hace fiesta y la Policía controla el orden. Jamás vamos a estar en contra de que se tenga el sector vigilado. Lo ocurrido con  mis hermanas argentinas pasa en cualquier sitio. Eso no quiere decir que se vaya a repetir”. Para mí, este es un lugar maravilloso. Es la primera vez que vengo y si tuviera que regresar algún día lo haría sin pensarlo dos veces”.

Facundo indica que en Montañita se ha encontrado con viajeros con dinero, de clase media y mochileros, como él, que disfrutan de los encantos del lugar y en el día trabajan haciendo arte en las calles o vendiendo artesanías nacionales y extranjeras.

Mariano Plúas es de Chimbote, Perú. Se hospeda en un espacio comunitario junto a tres amigos en donde apenas paga 7 dólares por noche. El objetivo que tiene es divertirse con sus compañeros de viaje. Son amantes del surf y eso los hizo llegar al lugar. “Venimos por la fama que tiene esta comuna. Mucha hospitalidad, diversión y buenas olas. En la mañana hicimos deporte y en la noche nos preparamos para una farra moderada. A mí no me molesta la presencia policial, creo que es importante que el sitio esté vigilado. En las noches el lugar adquiere un encanto especial. Por la música, el ambiente festivo, el gran número de jóvenes turistas que tratan de divertirse”.

Durante la noche se comenta sobre la muerte de las turistas argentinas, pero los jóvenes consideran que el lugar no tiene la culpa. (I)

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