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La experiencia, por encima del método en clases

La experiencia, por encima del método en clases
04 de septiembre de 2011 - 00:00

Franklin González Fiallos

“Mi razón ha sido estar vinculado a la ciencia, el arte y la docencia”

Recuerda bien su primer día como profesor. Tenía 19 años y un poco atemorizado se paró al frente de un grupo de alumnos de primer curso que recibía  la asignatura de Ciencias Naturales en el Colegio Vicente Rocafuerte. “Nunca me olvido. Estaba nervioso, como es natural, pero pude sintonizar con los chicos. Logré esa mezcla entre la amistad y el respeto”, recuerda.

Franklin González Fiallos tiene 64 años y 42 en la cátedra. Según cuenta, empezó a trabajar a los 18  como inspector del Colegio Vicente Rocafuerte, institución en la que también realizó sus estudios secundarios y de la que fue uno de sus mejores alumnos.

“Al principio los estudiantes me veían joven y pensaban que podían sobrepasarse y ser indisciplinados conmigo, pero yo siempre traté de educarlos”, indica.

Relata que mientras trabajaba como inspector en el día, estudiaba en la Universidad de Guayaquil en la noche. Ingresó a la Facultad de Filosofía, luego obtuvo su licenciatura y finalmente su doctorado en la especialización de Química y Biología. “Siempre me gustó este campo, desde que era estudiante. La naturaleza, la investigación, los  mares. Siempre sentí esa inclinación”.     

Aunque también ha sido  profesor en el colegio Santo Domingo de Guzmán y en la Universidad de Guayaquil, de forma presencial y a distancia, fue en el colegio Vicente Rocafuerte donde se enamoró de la docencia y conoció la importancia de emprender nuevos retos, como asumir las funciones de Rector durante 4 años (1992 a 1996), un cargo al que llegó por un concurso de méritos y oposición.

“Fue una experiencia interesante porque me permitió luchar por los ideales que tuve cuando fui alumno del plantel: que el colegio fuera el primero del país, en todo, en educación, en conocimientos, en la parte formativa, ética y  deportes, que de él salieran los mejores profesionales”.

Pero ser profesor no es la única de sus facetas. Según cuenta, González ha tenido otros cargos como Presidente de Fundación Natura, Presidente de la Sociedad Ecuatoriana de Biología y primer vocal de la Casa de la Cultura. Al resumir su forma de enseñanza dice que ha sido un “facilitador del conocimiento”.

“Antes el método de enseñanza era conductista. Es decir, el profesor daba su clase y era solo él quien impartía conocimientos. Los alumnos casi no participaban. Eso ha cambiado. Ahora uno se vuelve más bien un orientador, un guía del alumno, quien es parte activa de la clase”.

No obstante, sostiene que antes había mayor preocupación de los padres hacia los hijos, lo que les ayudaba a tener un mejor desempeño académico. “Las madres no trabajaban y podían dedicarse a sus hijos, a la formación y tareas  del  colegio”. El profesor explica que algo que no ha cambiado con el pasar de los años es  el apoyo para las clases con material didáctico.

“En el aula no podemos hacer mucho más que el uso de los  papelógrafos. Sin embargo, en el laboratorio, utilizamos microscopios y diferentes herramientas para prácticas como reconocimiento celular, entre otras”.

El Dr. González no puede hacer un cálculo exacto de cuántos jóvenes son hoy sus ex alumnos. “Deben de ser miles”, asegura. De ellos, se lleva historias, anécdotas que recordar y amigos para toda la vida. “Muchos  hoy son  incluso los médicos que consulto cuando tengo alguna urgencia”, concluye.

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