El mies atiende a 12.000 ciudadanos de la tercera edad en tres cantones de guayas
Adultos mayores comparten sus aficiones y conocimientos a las comunidades
“Odio quiero más que indiferencia porque el amor hiere menos que el olvido...”, cantaba Clara Osorio, de 74 años, cerca del parque Stella Maris en el Guasmo, a un grupo nutrido de adultos mayores que llegó al sitio para demostrar sus talentos y conocimientos.
La melodía interpretada en acordes de pasillo animó a más de una pareja de ancianos para bailarla abrazados tal y como lo hacen desde que eran jóvenes.
La escena transcurrió en un evento organizado por la coordinación zonal 8 del Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES) que mostró a los asistentes las aptitudes de la población de la tercera edad.
También colaboró el Club de Adultos Stella Maris que desarrolla actividades para concienciar y mantener un estilo de vida saludable, placentero y activo para el grupo de atención prioritaria.
En una tarima montada por el MIES, estas personas demostraron a sus pares las dotes para cantar pasillos, baladas y otros géneros de antaño.
No faltó quien también soltara algún amorfino, esas composiciones poéticas de origen popular que mezclan lo romántico y los sentimientos producidos por el amor y el humor.
“Dos cosas no puedo ver y Dios me ha de perdonar, una casa sin barrer y una mujer sin peinar”, manifestó sonriente Eleuterio Muñoz, de 79 años, oriundo de Manabí.
La ocurrencia hizo estallar en risas a los asistentes. Niños, jóvenes y ancianos con sus aplausos demostraron que la rima tuvo su gracia.
También soltó un piropo para las damas del lugar: “Yo no digo que soy rico ni que tengo casa de teja; pero tengo un amorcito más dulce que miel de abeja”.
Gabriela Merchán, de 24 años, sonreía con las palabras que salían de Muñoz y comentó que actualmente es difícil “o casi imposible que un varón venga a una con esa clase de cumplidos”.
El programa también contó con la exposición y venta de manualidades elaboradas por ancianos, actividades lúdicas, concursos e intervenciones artísticas.
Enma Palma, de 71 años, lleva casi un lustro participando de estas actividades que considera beneficiosas para su salud.
En su puesto mostraba artículos hechos con botellas plásticas y foamix que comercializaba desde los $ 2. En menos de dos horas, aseguró, había vendido 10 de estos objetos.
Lejos de ver su actividad como agotadora, Palma afirmó que la “ayuda a mejorar la salud, ya que esto da fortaleza y alegría para el cuerpo”.
Nitida Falcones, de 81 años, es una de las asistentes a los diferentes tipos de talleres que da el MIES y también exhibió sus creaciones.
Desde que participa en las labores del grupo, afirmó que se ha sentido muy bien de ánimo. “Antes de venir a los cursos tenía muchos problemas en la espalda, pero desde que empecé a bailar y realizar varios ejercicios ya no sufro de la dolencia. Asisto ya casi dos años a las actividades”.
El evento en el Guasmo forma parte de las gestiones realizadas por el MIES por el Día Internacional del Adulto Mayor que se recordó en octubre pasado, indicó Tania González, coordinadora zonal 8 de la cartera de Estado.
En zonas rurales y urbanas de Guayaquil, Durán y Samborondón se desarrollaron actos para concienciar a la ciudadanía sobre los derechos de este colectivo. En estas jurisdicciones, el MIES atiende a 12.000 personas de la tercera edad.
Solo en el Guasmo se ejecutan gestiones por aproximadamente 6.000 ciudadanos mayores de edad. La inversión en esta zona es de casi $ 1’000.000.
Según cifras del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), en el país existen 1’049.824 personas que sobrepasan los 65 años (6,5% de la población total). Para González, “son socialmente responsables y aportan al desarrollo económico del país”.
Consecuentemente, explicó, no se los debe considerar como grupo vulnerable, sino más bien sujetos de derecho que deben contar con las respectivas atenciones en salud, inclusión laboral y seguridad social.
La gestión del MIES se efectúa en cuatro modalidades de atención: espacios alternativos de integración, trabajo con las familias, centros diurnos y unidades residenciales.
Los sitios alternativos, donde los adultos mayores conviven con su comunidad, son los que más se promueven. “Se comparten saberes y conocimientos con las generaciones más jóvenes”.
Mientras que, el personal del MIES se encarga de visitar a las familias responsables de un adulto mayor. En esta gestión se busca generar una atención conjunta de protección y capacitación.
Los centros diurnos, en cambio, son lugares proporcionados por instituciones que cooperan con la labor del MIES cuando los ancianos no cuentan con una familia responsable. “Aquí reciben una atención integral con actividades lúdicas, capacitación, alimentación y cuidados en salud”.
En total, $ 2’500.000 se han destinado a estas modalidades y 100 técnicos ejecutan labores de atención en los cantones correspondientes a la zona 8.
Desde 2007, el Gobierno Nacional implementa políticas públicas basadas en la defensa de los derechos y en el reconocimiento al valor de la población adulta mayor. (I)