Publicidad
Exultantes y furibundos. Laxos y poco autocríticos. Así se muestran los analistas y articulistas de la prensa comercial del Ecuador a la hora de evaluar el primer año de vigencia de la Ley Orgánica de Comunicación (LOC).
Ahora se dice que han desaparecido los reportajes sobre corrupción. Que nada se puede decir sin sufrir la arremetida del régimen. Y, para variar, que no existen garantías ni condiciones para pensar libremente. Por los reportajes publicados estos días en este diario, con encuestas, entrevistas y datos, diríamos que esos analistas mienten y ocultan esas informaciones por pura conveniencia.
El 75% de los periodistas encuestados señala que no siente restricción en su tarea informativa. El 85% reconoce que la LOC mejoró su relación laboral con los empresarios de la prensa. ¿De eso hablan los editorialistas y los directores de ONG financiadas por la Usaid? No, se autoinmolan y victimizan desde sus prejuicios, pero sobre todo, gracias a una estrategia bien diseñada para enlodar a la LOC.