En los últimos días observamos un movimiento ‘extraño’ en una organización política: elige a sus directivas locales, organiza eventos y lleva adelante una recarnetización inédita. A diferencia de sus pares (cuya mayoría solo ‘vive’ en épocas electorales), esta entidad refleja lo que por mucho tiempo se ha demandado de los partidos.
Y no porque lo haga ahora es el modelo perfecto, pero sí marca un modo de hacer política y democracia interna. Lo hace justo cuando en otras tiendas y también en ciertos sindicatos ocurre todo lo contrario. Lastimosamente, aquellas personalidades sindicales y partidistas que exigen democracia al resto del mundo no la practican ni la ejercen casa adentro.
Por salud política, la experiencia de PAIS bien podría servir para forjar otros procesos -quizá por empatía- en el resto de las organizaciones. Para incentivar la participación ciudadana en la toma de decisiones es necesario que los partidos hagan una efectiva tarea de concienciación y militancia.