Hace un año Ecuador se sorprendió con los resultados de las elecciones de los gobiernos autónomos descentralizados (GAD). Y tras ese tiempo todavía los cambios ofrecidos, de modo general, por los ganadores no se concretan del todo. Particularmente en las grandes urbes experimentamos ‘experimentos’, valga la redundancia. Las nuevas y viejas autoridades no han podido solventar una agenda estrictamente ciudadana. En algunos casos solo han podido inaugurar obras planificadas y bastante avanzadas de las anteriores administraciones. Y sobre los problemas de fondo (tránsito, pasajes, mercado informal y servicios básicos) todavía hay poca luz al final del túnel. Si bien -como opinan los cientistas- el campo democrático se amplió, eso no redunda en una mejor participación ciudadana en los procesos y parecería que solo hay interés de no hacerse problema con nadie. Por lo pronto, asumir todas las competencias será para este año uno de los retos y responsabilidades que todas esas autoridades deberán afrontar con visión histórica para bien de sus pueblos.
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