En momentos en que los asambleístas debaten sobre la nueva Ley de Comunicación, exigida por la mayoría de ecuatorianos a través de su voto en la consulta popular, las cadenas de noticias nacionales y extranjeras nos dan ejemplos sobre cómo se maneja la información.
Primero, lo positivo: la cadena de televisión estadounidense MSNBC suspendió indefinidamente a uno de sus analistas políticos por haber llamado “imbécil” al presidente de EE.UU., Barack Obama.
En una nación donde la libertad de expresión es un tema casi sagrado, hay límites para los excesos: el comentarista se disculpó públicamente con el Jefe de Estado, con los panelistas que lo acompañaban en la emisión del programa y, sobre todo, con la audiencia. Estas actitudes, tanto de la empresa mediática como del analista, son éticas, teniendo en cuenta que los grandes medios estadounidenses muchas veces se sienten intocables, infalibles e incapaces de retractarse cuando se equivocan.
Segundo, lo negativo: en las páginas de tres diarios privados ecuatorianos se destacaba, el pasado miércoles, el viaje del presidente Rafael Correa a la cumbre del Mercosur en Paraguay. En su apretada agenda el Jefe de Estado incluyó una entrevista televisiva en Asunción. Como es normal, el contenido tardó un poco en ser difundido; sin embargo, tres diarios ecuatorianos se fiaron de un portal electrónico paraguayo que aseguraba que el Mandatario ecuatoriano había afirmado que no le preocupaba ser recordado como un presidente censurador. Horas después, la Secretaría de Comunicación subió la entrevista completa al portal El Ciudadano y se pudo corroborar que el gobernante jamás emitió ese comentario. De los tres diarios ecuatorianos que cometieron esa falta, solo uno rectificó y ofreció disculpas.
Que el comportamiento de MSNBC como el de los diarios nacionales sirvan de parámetro para medir la ética y los principios que deben estar fijados en la nueva Ley de Comunicación.