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La emergencia por el volcán Cotopaxi hasta ahora se afronta con una dosis elevada de responsabilidad de todas las instituciones involucradas y por la propia ciudadanía, dada su complejidad y por todas sus implicaciones si ocurriera una erupción.
Sin embargo, en medio de esa emergencia se decidió declarar el estado de excepción y a partir de ello el aparato mediático conservador hizo una campaña poco responsable y bastante osada para entender la complejidad y gravedad del asunto. Hizo denuncias en los foros internacionales, además de una campaña extremadamente alarmista en las redes sociales. El centro de su supuesta preocupación era que constituía un pretexto para censurar a la prensa ‘libre e independiente’.
Ha culminado el estado de excepción y, al contrario de los ‘cucos’ levantados, la información ha fluido con bastante responsabilidad de parte de quienes la emiten y de la mayoría de la prensa. Hay uno o dos casos dignos de estudio, pero en realidad la oposición mediática insiste en crear ruidos y malestares innecesarios a partir de un prejuicio político bien claro. (O)