El sector cultural debió reinventarse para sobrevivir
Hemos asumido que el año 2020, debido a la pandemia, fue nefasto y sería necio contradecir tal juicio de valor; sin embargo, pudo ser peor.
Internet y las redes sociales han sido decisivas para que la población no se suma en la desesperanza, pero detrás de esa ventanita a través de la cual se ha asomado la población ha estado la cultura, que ha debido reinventarse.
Se estima que el sector artístico y cultural tuvo el 85% de paralización, presentando pérdidas por alrededor de 70 millones de dólares durante los tres primeros meses de pandemia.
Las actividades que en los tres meses de análisis presentaron más pérdidas fueron audiovisuales y cinematográficas, con un 44,79% en promedio; actividades editoriales, de publicación de libros e investigación con un 24,42%, y el resto de actividades capturan el 30,78%.
La cultura navegó entonces por un océano de preguntas y empezó a flotar con una bitácora que le permitiera subsistir, entonces se detuvo para escuchar, para interpretar, para deglutir y para volver.
Durante el periodo de junio a octubre obtuvo una recuperación de aproximadamente 69 millones de dólares, poco aún, pero el sector cultural va saliendo a flote.
Regresó gracias a esa gran grieta por la que se filtró la luz: la virtualidad.
Desde allí todavía hace digestión, de manera lenta, pero cada vez con mayor vigor.