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Los primeros quince kilómetros de la carretera que une a Guayaquil con la comuna de Chongón están prácticamente terminados.
Se trata de una vía moderna provista de dos carriles a cada lado, que por primera vez cuenta con una franja de seguridad específicamente asignada a los conductores que pudieran enfrentar alguna emergencia durante su viaje.
Esa desgastada imagen de carretera llena de baches, sin marcaciones, oscura y con las barandas metálicas de seguridad amenazando a los conductores quedará solamente como un recuerdo para quienes diariamente circulan por la zona.
La actual está debidamente marcada con pintura reflectiva, vialetas y la señalética que demandan obras de tanta importancia.
Esos numerosos e improvisados retornos, que constituían la principal causa de congestión vehicular y caos para los habitantes de las urbanizaciones asentadas a los costados de la vía, finalmente están siendo cerrados.
Los nuevos cinco espacios con carriles de salida, e ingreso a la vía principal, han sido marcados para evitar que sean invadidos por los conductores.
Las nuevas circunvalaciones facilitarán el ingreso y retorno a los miles de residentes de la zona.
Las grandes hileras de vehículos, que se formaban durante la temporada playera, perjudicaban la salud mental de quienes habían optado por encontrar la paz en urbanizaciones y comunas del sector.
El “encarcelamiento” obligado en sus lugares de residencia, debido al masivo flujo de turistas hacia los balnearios, no se repetirá más.
La obra es uno de los aportes del Gobierno Central a Guayaquil, pues los quince kilómetros están en el interior de una zona urbana de rápido crecimiento y beneficia, por el momento, a más de cincuenta mil habitantes. El costo total de la carretera regenerada es de 23,5 millones de dólares y está previsto que llegue hasta la comuna Villingota, donde inicia la provincia de Santa Elena. Según la Ministra de Transporte y Obras Públicas, estará terminada el próximo noviembre.