Publicidad
Es muy sintomático que, antes de posesionarse, ciertos concejales ya dejaron sentada la duda sobre la construcción del metro para Quito. Y es la misma actitud de ciertos gremios y actores políticos y económicos. Incluso, abrieron sospechas sobre el precio y ‘alertaron’ a los posibles oferentes. Por lo visto, no se entiende el problema estructural del transporte en la capital ecuatoriana.
Hay -ahí sí- politiquería e intereses privados que afloran sin ningún recelo. Si el tránsito sobre tierra en esa ciudad constituye un problema de enorme complejidad y la solución ha sido analizada por varios años, con estudios técnicos y una decisión política frontal, no pueden aparecer actores políticos a inventarse el agua tibia y ahora plantear que un tren ligero, mejorar el ‘Trole’ y la Ecovía resuelven todos los problemas.
Como han señalado los expertos: si de aquí a diez años no hay una solución al problema del transporte sobre tierra, desde ahora se sientan las bases para el caos y la proliferación de conflictos urbanos.