Activistas venezolanos en los buses, falsos mensajes sobre una supuesta incautación de ahorros bancarios, campañas de desinformación sobre los servicios públicos y privados, tuits falsificados de autoridades, entre otras cosas más ocurren estos días.

Todo eso cuando ciertos sectores de la oposición llaman y convocan al derrocamiento. ¿Se trata de una simple coincidencia? Y si no lo es, ¿dicen algo sobre todo ello la prensa privada y los líderes opositores? No se han pronunciado ni siquiera en contra de la violencia callejera. Y más grave aún cuando el Gobierno convoca al diálogo y al debate y en un hotel de Guayaquil los empresarios se reúnen con el alcalde de esa ciudad para rechazar esa propuesta.

En palabras llanas se trata del inicio de una ‘guerra sucia’ como en los peores tiempos de la Guerra Fría. Así como en aquellos tiempos explotaban bombas para acusar a los ‘comunistas’ ahora surgen los hechos mencionados al principio. Incluso, cierto opositor se inculpa de una detención y de un intento de atentado. No hay cómo justificar nada y es urgente llamar a la paz real y al diálogo franco. (O)