El nuevo año empezó con muchas expectativas y retos individuales y colectivos. Para Ecuador hay uno fundamental: sostener y fortalecer la democracia con la participación real y efectiva de todos, a partir de reconocernos diversos y plurales.
Para cada uno de nuestros compatriotas, lo más significativo será que esos deseos expresados la noche vieja se mantengan y hagamos de nuestra mejor solidaridad, afectos y compañerismo la marca de todos los días de este 2015. Así como cuando expresamos esos anhelos no tenemos distinción de ninguna clase, así debe ser nuestro trabajo, crítica, aportes y entrega al otro.
Ecuador está necesitado de bajar tensiones, odios innecesarios y disputas pírricas que se hacen por solo pensar diferente o por exhibicionismo político con claros afanes electorales. Nos corresponde hacer realidad esos buenos anhelos en cada acto, respetar al otro para ser respetados siempre. Un país con injusticias solo saldrá adelante con fuerte trabajo colectivo y solidario.