La excelencia científica, cultural y en las artes. Ayer el presidente de la República, Lenín Moreno, entregó el Premio Nacional Eugenio Espejo, que fue creado el 16 de agosto de 1975, a tres destacados ecuatorianos por su brillante trayectoria y sus aportes a la sociedad: la científica Katya Susana Romoleroux, el director de orquesta, Álvaro Manzano; al escritor e historiador Juan Valdano Morejón.
Es seguro que la elección de ellos no fue fácil porque se presentaron 199 postulaciones de hombres y mujeres que han contribuido con su trabajo intelectual a este país.
La científica en botánica Romoleroux fue la ganadora de la categoría ‘Creaciones, Realizaciones o Actividades Científicas’. Ha publicado 41 artículos en revistas indexadas, dos libros, cinco capítulos en libros y ha participado en 23 eventos científicos internacionales. En 2018, recibió la mención Enrique Garcés otorgada por el Municipio de Quito. Es miembro fundador de la Academia de Ciencias del Ecuador, la Academia de Ciencias de América Latina y de la Asociación Latinoamericana de Botánica.
En cambio, Álvaro Manzano ganó en la categoría ‘Creaciones, Realizaciones o Actividades en favor de la Cultura y las Artes´. Ha dirigido orquestas sinfónicas y de ópera en Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Costa Rica, Cuba, Chile, Ecuador, El Salvador, Estados Unidos, Estonia, Guatemala, Honduras, Islandia, México, Paraguay, Perú, República Dominicana, Rusia y Venezuela. También ha recibido otros reconocimientos como el Premio Joven Sobresaliente del Mundo (Helsinki, 1991).
Mientras Juan Valdano Morejón recibió el galardón en la categoría ‘Creaciones, Realizaciones o Actividades Literarias’.Tiene 30 libros publicados en diversos géneros literarios. En tres ocasiones - 1998, 2002 y 2009 - obtuvo el Premio Joaquín Gallegos Lara. También recibió el Premio Nacional José Peralta, por sus ensayos; la condecoración Fray Vicente Solano, del Municipio de Cuenca, así como la Condecoración Nacional al Mérito Cultural 1999, del Ministerio de Cultura.
Los investigadores científicos, artistas y trabajadores de la cultura tienen derecho a vivir de su trabajo, pero no siempre lo logran. Eso ocurre en Ecuador y el resto del mundo. Sin embargo, existen patrocinios y auspicios al arte y la cultura, por ejemplo, hoy los emprendimientos nuevos en este sector no pagan Impuesto a la Renta ni los servicios culturales tienen el Impuesto al Valor Agregado (IVA).
También está la Línea de Fomento a la “Cultura y Movimiento” para los gestores artísticos en la pandemia y BanEcuador abrió los créditos ‘Impulso Cultura’ solo para ellos.
Es necesario recordar que los premios nunca satisfacen a todos.