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El Telégrafo

La posición de Odebrecht frente al país es inaceptable

26 de mayo de 2020

El Departamento de Justicia de los EE. UU. reveló, en diciembre de 2016, que la constructora brasileña Odebrecht pagó sobornos por unos $ 439 millones en 12 países de América Latina a cambio de contratos para la ejecución de obras estatales. El escándalo salpicó también a Ecuador, en donde se entregaron $ 33,5 millones entre 2007 a 2016, para lograr beneficios por $ 116 millones.

El caso significó la condena a seis años de prisión del exvicepresidente de la República, Jorge Glas, al ser declarado culpable en diciembre de 2017 del delito de asociación ilícita por la trama de sobornos. Otras siete personas también fueron sentenciadas como parte de la causa.

Está pendiente, sin embargo, el pago por parte de la constructora de un monto como reparación por los daños causados al país, como ha ocurrido en otras naciones. Sin embargo, el valor no se ha fijado. Y el actual Gobierno estableció para ello un proceso de negociación con la empresa.

No obstante, el viernes pasado, el procurador general del Estado, Íñigo Salvador, anunció que el Estado ecuatoriano dio por terminadas las negociaciones, por la intención de la compañía de coaccionar o coercionar al país. Según Salvador, la empresa puso cuatro condicionamientos para llegar a acuerdos.

Estos se resumen en la devolución por parte de Ecuador de $ 115 millones retenidos a raíz de la revelación del escándalo y la intención entregar una parte de ese total como resarcimiento, luego del pago de otros gastos. Además, de la posibilidad de continuar contratando con el Estado.

El planteamiento resulta inaceptable, pues proviene de una empresa que causó al país un daño mayor al valor de las coimas entregadas; hay evidencias de problemas en las obras que ejecutó; ejemplo de ello es el Poliducto Pascuales-Cuenca, en el que al soborno se suman el pago de un sobreprecio, además de defectos constructivos, cuya reparación encarecerá más la obra.

Algo parecido a lo que ocurrió con la hidroeléctrica San Francisco, que siete meses tras su inauguración presentó problemas estructurales. (O)

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