Quizá con el tiempo el día de ayer se mire como un acontecimiento. Al repotenciar la Refinería de Esmeraldas (el complejo tecnológico más grande de Ecuador) y ponerlo al 100% de su capacidad, no solo damos un salto al futuro, sino que se revela cómo se dejó pasar mucho tiempo y de qué modo se entendió la inversión pública. Claro, alguien ganaba mucho dinero comprando combustibles, dejando que la refinería se deteriore y sacando al Estado el dinero para evitar su reparación y mantenimiento efectivo. Ahora, tras 38 años de haberse inaugurado y 7 de haber iniciado el proceso para su rehabilitación, este complejo podrá procesar 110 mil barriles de crudo al día. Y habrá un ahorro de recursos que bien podrá paliar en parte la difícil situación económica del momento. ¿Qué pueden explicar todas las autoridades del ramo que dejaron pasar tanto tiempo? ¿Cómo justifican ese discurso recurrente de que la plata del petróleo se derrocha o que solo es gasto público? ¿Quienes aspiran a dirigir la República propondrán salidas de esta naturaleza sin recurrir al manido discurso de reducir el gasto público? (O)