Publicidad
El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo nos ha colocado en una categoría muy significativa para cualquier país del planeta.
Señalarnos como de ‘alto desarrollo humano’ explica muchas cosas, que si fuese por cierta prensa privada y comercial, jamás se entendería porque no se destaca en el debate público, y mucho menos en la agenda mediática.
Los indicadores para llegar a esa categoría son esperanza de vida al nacer, años de escolaridad e ingreso medio. Todo eso ha cambiado en Ecuador en menos de una década. Y es producto de un proyecto político pensado más allá del coyunturalismo, corporativismo y sectarismo con los que trabajaron todos los gobiernos anteriores, que fueron sostenidos por los que ahora buscan deslegitimar y boicotear ese proyecto.
Siendo una buena noticia, también implica una dura tarea para sostener, mejorar y desarrollar con mucha más inteligencia esa estrategia, porque -fundamentalmente- implica bienestar y buen vivir para todos y todas.