Si se piensa con suspicacia y algo de perspicacia, no resulta inocente, mucho menos gratuito y tampoco ingenuo observar que, de un día para otro, los asuntos castrenses son motivo de polémica y que ciertos militares (casi todos en servicio pasivo) pasan a ser los protagonistas y los invitados especiales en ciertos sets.
En el último cuatrimestre del año pasado se calentaron las calles con ‘masivas’ manifestaciones y algunas ‘expresiones cívicas’ de protesta. ¿Ahora se quieren calentar los cuarteles del Ecuador? ¿Mañana qué se calentará? ¿Los mercados? Sospechosamente los miembros de las Fuerzas Armadas (los mejor atendidos y beneficiados en estos años) son las supuestas víctimas de un sistema y un modelo perverso, antimilitarista, con una dosis venenosa de desprecio y hasta exclusión, según se desprende de las declaraciones públicas y privadas que hacen algunos militares en servicio pasivo.
Nada hay de ingenuo ni inocente en la política, eso lo saben quienes crean escenarios y juegos estratégicos para tomarse el poder.