El miércoles pasado hubo una protesta violenta en Quito: en la Avenida de los Shyris lanzaron botellas, orines, palos, piedras, ladrillos e hirieron a militantes de Alianza PAIS, entre ellos un exministro y exasambleísta. ¿Es nuevo esto? ¿Ya no pasó en las marchas del 19 marzo y otras?
Mientras más se dice que no hay libertad de expresión más se grita y protesta en la calle y en las redes sociales, pero no se menciona una sola línea de la agresividad, de esa violencia que tiene un solo objetivo: provocar la reacción gubernamental y/o policial para declararse víctimas.
Nada justifica esa violencia, para nada es digno de solidaridad que ciertos asambleístas y actores políticos se eleven a la categoría de mártires si no han agotado todas las herramientas y espacios del diálogo y el debate. Hay un claro propósito político, muy bien financiado y articulado: generar el caos y el desconcierto para sembrar el camino de las próximas elecciones. Y para ello usan la violencia y algunas falacias sobre temas concretos. (O)