Un migrante es una persona que deja su familia, sus cosas, su paisaje, en busca de un futuro mejor. El éxodo es desatado por la crisis; la gente sale de sus hogares para conseguir elevar su calidad de vida, en una muestra del instinto básico de supervivencia.

Los ecuatorianos hemos migrado a EE.UU., Europa y hasta a Venezuela, país al que cientos de miles de ecuatorianos llegaron en la década del 70, atraídos por una bondadosa “Venezuela saudita”, donde se gastaba a manos abiertas el dinero preveniente del petróleo.

Los venezolanos que han llegado o pasado por Ecuador, rumbo a otras tierras, han ido dejando huellas en la cultura, la comida y las costumbres. Ahora es más común comer unos tequeños, una cachapa o una empanada de maíz blanco, preparada al estilo llanero. Nos han contagiado de alegrías, el chamo o chama son parte de nuestra cotidianidad y el amable “a su orden” se escucha con frecuencia en comercios, bares y restaurantes.

Pero también hay otra huella que nos ha dejado esta diáspora de venezolanos, y es el drama de personas que no han logrado conseguir el futuro mejor que les animó a dejar su tierra. En camino a su sueño se han encontrado con desempleo, explotación, engaños y ahora tienen una vida peor que la que llevaban.

Según un informe de la Cruz Roja, entre junio de 2018 y agosto de este año 2019, este organismo ha brindado apoyo psicosocial a 39.990 personas, cerca del 12% de venezolanos que -se calcula- se encuentran en el país. Según el documento, se han entregado 43.668 asistencias humanitarias en el mismo lapso.

Es tal la demanda de ayudas, de todo tipo, que se instaló un sistema de agua en Rumichaca, frontera norte de Ecuador, con el objetivo de atender a las personas en estado de movilidad en sus necesidades de refrescarse, hidratarse y asearse.

A los venezolanos que entraron para quedarse o para pasar a otro país, y a los ecuatorianos que vivimos en esta tierra, nos toca conocernos, convivir y buscar juntos salir adelante, conseguir como hermanos un futuro mejor, un país donde quepamos todos en paz y armonía. (O)