Algunos estudios hablan de que América Latina tiene alrededor de un trillón de dólares fuera de su territorio. Y si solo una cuarta parte de ese dinero se invirtiera en desarrollo y proyectos productivos, otro sería el cantar en estos momentos de crisis global. ¿Y cuánta plata hay de los empresarios de nuestra región en los paraísos fiscales? De eso no se puede tener datos porque efectivamente esos sitios están hechos para ocultar fortunas y evadir impuestos.
Y en la práctica constituyen esa esencia depredadora y ambiciosa del capitalismo. Al evadir el pago de los tributos en sus respectivos países, no solo que esos empresarios se enriquecen mucho más, sino que, además, ahondan la desigualdad y la injusticia.
Si bien los políticos señalados en ciertas denuncias deben justificar sus fortunas, no es menos cierto que en los paraísos fiscales no son precisamente políticos, gobernantes o estrellas de la farándula o el deporte los que más depositan, sino esos grandes empresarios de nuestros países. Y, para vergüenza histórica, son ellos los que más abogan porque no se cobre ningún tipo de impuesto en sus respectivos países. (O)