Los resultados electorales no dejan una estela de veracidad. Todo lo contrario. Conforme pasan los días aumentan las evidencias de que el proceso electoral no fue transparente. Y eso se refleja en los datos y la diferencia entre el primero y segundo lugares.
Y un dato más: la inmediatez con la que determinados medios proclamaron al hasta ahora ganador oficial prueba también cómo quisieron legitimar ese proceso. ¿Habría CNN hecho lo mismo en Venezuela, Bolivia o Ecuador? No, jamás.
Tampoco otras cadenas y otros periódicos. Pero como eso no ocurrió, no hay el escándalo mediático que tenemos para otros casos. Por lo pronto, quienes merecen una explicación clara y transparente son los hondureños, si no, la crisis política de casi un lustro seguirá.