La campaña electoral en Ecuador empezó y con ella las ofertas de los candidatos presidenciales. Ellos tratan de captar el interés de los ciudadanos para ganar las elecciones del 7 de febrero de 2021. Unas elecciones inéditas en el concierto político nacional por la pandemia y las restricciones de los COE cantonales para evitar los contagios, la saturación de los hospitales y nuevas muertes.
En el abanico de propuestas de los aspirantes al Palacio de Carondelet hay de todo: desde crear fuentes de trabajo a entregar una renta mínima vital, o poner a trabajar a los detenidos en granjas agrícolas, construyendo vías, o bajar el IVA del 12 al 8%.
También están meter presos a los familiares de los corruptos que no devuelvan la plata, patear la deuda externa a 30 años o dar $ 1.000 a un millón de familias en la primera semana de gobierno, o sustituir la exportación de petróleo por la de agua.
Pero, quizá, la más increíble de todas es la de “sacar oro de los celulares”, que causó hilaridad e inundó las redes sociales.
Los postulantes a ocupar el sillón presidencial han ofrecido cualquier cosa en una carrera por ganar los votos de más de 13 millones de ecuatorianos empadronados.
Muchas de sus propuestas caen en el populismo, que es pura demagogia y no es la solución a los grandes problemas del país: desempleo, pobreza, amenazas a la democracia, la crisis económica, social y sanitaria provocada por la pandemia.
Según la Enciclopedia de la Política de Rodrigo Borja, el populismo es una posición y un estilo político (no llega a ser ideológico) que ofrece el paraíso terrenal a la vuelta de la esquina.
En un panorama como este, los ciudadanos tienen la gran tarea de reflexionar sobre su voto, que puede cambiar el destino de Ecuador y encauzarlo por la senda del crecimiento.