Este diario condena con energía el ataque dirigido a la maestra Mery Zamora, expresidenta de la UNE. Y advierte que detrás de esto también puede haber una intención para crear zozobra y el caldo de cultivo para la violencia política. No puede ni debe ser la forma de expresar diferencias.
Ya es hora de poner coto al uso agresivo, degradante, violento, perverso e injurioso de las redes sociales y del anonimato. En política, ante todo, debe primar la transparencia y la ética. Se llamen como se llamen (trolls o ‘activistas sociales’) no tienen por qué irrespetar la intimidad de los líderes políticos y las autoridades.
Aquellas personas que exacerbaron la libertad de expresión como un valor absoluto saben que estas agresiones exigen un límite y una sanción en justicia. Ya basta de injuria, racismo, discrimen y ofensa descarados. Quienes más demandan respeto deben dar ejemplo haciendo todo lo contrario a lo que ahora resulta infame. La democracia ecuatoriana requiere mucha sabiduría para afrontar sus retos políticos y sociales, incluso desde las divergencias y conflictos.