La democracia no solo se define por el modo como se elige a las dignidades. Y siendo trascendente este tema, habría que preguntarse: ¿si la autoridad en funciones se candidatizara una o dos veces sería más democrático que si lo hiciera tres o indefinidamente? Al fin y al cabo, ¿de quién depende que sea reelecta?
El que esté plasmada en la ley de ninguna manera garantiza la reelección indefinida. ¿No fuimos testigos, acaso, de que un 70% de los alcaldes que buscaban la reelección no fueron elegidos el 23 de febrero pasado? Nadie duda de que la alternabilidad refresca y moviliza el sistema democrático, pero ¿hablamos de alternabilidad solo de personas? ¿Cuántos años diferentes presidentes cobijaron el neoliberalismo? Lo medular es profundizar la democracia con más participación, justicia y libertad.